En el Madison Square Garden Theater de Nueva York, la estadounidense Mikaela Mayer venció a la británica Sandy Ryan por Majority Decision, conquistando así el título mundial femenino WBO de peso welter. Una victoria obtenida por muy poco, que sin duda generará polémicas, tanto por la enorme dificultad para evaluar algunos asaltos, como por un desagradable incidente que ocurrió antes de la pelea.
Mientras salía de su hotel para dirigirse al lugar del combate, Sandy Ryan fue agredida por un hombre que le arrojó el contenido de un cubo de pintura roja. La campeona denunció el incidente en directo desde su vestuario durante la entrevista previa a la pelea, señalando al equipo de Mikaela Mayer y mostrando estar visiblemente alterada por lo ocurrido.
No sabemos si esta tensión adicional pudo haber influido en las dinámicas que siguieron al primer sonido de la campana, pero ciertamente el enfoque de la boxeadora inglesa no fue el mejor, tanto que en el primer asalto fue sorprendida por un violento derechazo al rostro de la retadora, que la hizo doblar las piernas por un momento.
Ryan ajustó rápidamente su enfoque y en los dos asaltos siguientes fue mejor gracias a su agresividad y combinaciones a dos manos. Mayer, por su parte, decidió ceder el centro del ring a la campeona, intentando detener su avance con golpes de contraataque mientras se movía lateralmente sin descanso.
Pronto, la retadora se dio cuenta de que necesitaba aumentar la potencia y el ritmo de sus golpes para contener el avance de su rival, y a partir del cuarto asalto desató un impresionante aluvión de golpes. La tarea de cerrar la distancia y trabajar de cerca se volvió difícil para Ryan, quien llegó al ecuador de la pelea en ligera desventaja.
La campeona, consciente de que necesitaba hacer más para ganar fuera de casa, atacó la segunda mitad del combate con una carga impresionante, disputando un excelente sexto asalto y encontrando dos ganchos impactantes al final del séptimo, que parecieron sacudir a la retadora, aunque solo por un instante.
Sin embargo, el éxito momentáneo afectó negativamente al control emocional de la británica, que, entusiasmada por los buenos golpes conectados y con más ganas que nunca de cambiar el rumbo de la pelea, disputó un desastroso octavo asalto. Ryan se lanzó al ataque durante dos minutos, avanzando siempre en línea recta sin preocuparse por su defensa, exponiéndose a numerosos contraataques de Mayer, quien aprovechó la oportunidad para desatarse.
El octavo asalto resultó ser un bálsamo para la retadora, que no solo interrumpió la remontada de su rival, sino que también le infligió suficiente daño como para dificultar su propósito de dominar los llamados «championship rounds». La sensación de quien escribe, en cualquier caso, es que la pelea seguía muy equilibrada.
Los últimos dos asaltos no despejaron las dudas sobre la identidad de la ganadora, ya que ambos se desarrollaron con un equilibrio total. En ambos asaltos, Ryan comenzó con gran agresividad y vehemencia, pero no logró mantener el esfuerzo durante los dos minutos completos, y sufrió la furiosa reacción de Mayer.
Quizás en terreno neutral, las ráfagas que Ryan logró producir en los segundos finales de los dos asaltos conclusivos habrían inclinado la balanza a su favor, pero la pelea se disputaba en los Estados Unidos, y además en un evento de Top Rank, por lo que al final de un combate tan incierto era difícil esperar un resultado diferente al que sancionaron los jueces.
Quien escribe, al final de la pelea, tenía dos puntos de ventaja para Sandy Ryan, pero el considerable número de asaltos de evaluación dudosa hace que sean aceptables las tarjetas de Benoit Roussel (94-96) y Bob Williams (95-95). En cambio, el puntaje de Waleska Roldan (93-97) parece estar fuera de lugar, siendo demasiado generosa con la boxeadora local.
Si bien Mikaela Mayer tuvo el mérito de seguir su plan de juego de manera impecable, tomando todas las decisiones correctas para ganar la pelea, Sandy Ryan dio la sensación de verse superada por la tensión en algunos momentos cruciales, cometiendo errores tácticos que resultaron decisivos.
Independientemente de lo que cada uno de nosotros pueda pensar sobre el veredicto, esta pelea brindó emociones fuertes y un gran espectáculo, tanto que se postula sin duda a Fight Of The Year en el ámbito femenino. Sería muy deseable ver nuevamente a estas dos fenomenales guerreras del ring una contra la otra en una fantástica revancha.