Vasyl Lomachenko no volverá a pelear como profesional. Su decisión de abandonar el boxeo después de disputar su último combate a los 36 años es irrevocable. Ahora, con 37, Loma quiso explicar la razón que lo llevó a retirarse en un momento en el que muchos todavía lo consideraban capaz de cosechar importantes logros en los escenarios internacionales.
Durante una entrevista, como se puede ver en el extracto de vídeo publicado recientemente por la cuenta oficial de la WBO, Lomachenko respondió de esta manera cuando le preguntaron cuándo tomó la decisión de colgar los guantes:
Incluso antes de la pelea con Kambosos ya quería terminar con el boxeo, porque mi objetivo era convertirme en campeón mundial indiscutido, y después del combate con Haney entendí que no iba a tener la oportunidad de lograrlo porque se necesita mucho tiempo. Esa era mi motivación y la perdí. Comprendí que no podía convertirme en campeón mundial indiscutido. En ese momento, dentro de mí, cerré con el boxeo. Pero mi padre quería intentarlo otra vez. Me llamó y me dijo: “Tenemos que hacerlo una vez más, tú puedes lograrlo”. Él me dio una vida en el boxeo, una vida que me ha dado todo lo que tengo. Así que, por respeto, subí al ring una vez más. Lo hice por el amor que tengo por mi padre. Lo hice por respeto hacia él.
La decisión de decir basta, por tanto, nació en el alma del gran campeón ucraniano justo después de la dolorosa derrota del 20 de mayo de 2023, que le impidió hacerse con los cuatro cinturones mundiales del peso ligero.
En aquella ocasión, Loma no logró convencer a los tres jueces de su superioridad sobre Devin Haney y fue declarado derrotado por decisión unánime. Muchos periodistas y expertos expresaron dudas sobre el veredicto, especialmente por la tarjeta del juez Dave Moretti, que otorgó a Haney una ventaja de cuatro puntos y le dio incluso el décimo asalto, claramente dominado por Lomachenko.
Muchos aficionados se hicieron ilusiones de volver a ver a Loma en los grandes escenarios tras su excelente victoria sobre George Kambosos, a quien noqueó en el undécimo asalto de un combate de sentido único pese al factor campo en contra. Pero evidentemente el púgil ucraniano ya no tenía dentro de sí ese fuego sagrado que mantiene vivas las motivaciones de un boxeador y le permite rendir al máximo.