El resultado oficial del primer combate entre O’Shaquie Foster y Robson Conceicao dejó sin palabras a muchos en la comunidad del boxeo. No todos tenían la misma tarjeta de puntuación: algunos le dieron a Foster todos o casi todos los asaltos, mientras que otros premiaron a Conceicao en esos rounds donde el campeón en título bajó excesivamente su ritmo de trabajo. Sin embargo, casi nadie vio al retador brasileño como ganador. O mejor dicho, nadie excepto dos jueces: Robson Conceicao fue declarado ganador por Decisión Dividida y se llevó el título mundial WBC del peso superpluma.
Esto ocurrió el 6 de julio y, en poco tiempo, bajo la intensa presión de un gran número de aficionados y expertos, todos escandalizados por el veredicto injusto, la WBC ordenó una revancha inmediata. Ahora, según el conocido periodista estadounidense Mike Coppinger, la esperada revancha ya tiene fecha y lugar: se celebrará en Verona (New York) el próximo 2 de noviembre.
Es razonable esperar que Foster adopte esta vez un enfoque mucho más agresivo en comparación con lo que vimos en julio. El boxeador estadounidense se caracteriza por sus excelentes reflejos, sólidas habilidades defensivas y considerable velocidad de ejecución, pero a veces tiende a ser demasiado conservador, lanzando solo el mínimo número de golpes necesarios para ganar los rounds, una estrategia que, como hemos visto, puede conllevar riesgos.
Ya en su defensa anterior del título contra Abraham Nova, Foster fue penalizado por un juez por su pasividad, logrando imponerse solo por Decisión Dividida, a pesar de que muchos creían que había hecho lo suficiente para merecer la victoria. La siguiente vez, sin embargo, las cosas no salieron como esperaba: queda por ver si este revés lo llevará a ser más prolífico en su producción ofensiva.