La pelea del sábado entre Danny Garcia y Erislandy Lara, por el título mundial de peso mediano de la WBA, estuvo lejos de ser inolvidable. El cubano Lara ganó cada momento de la pelea con el mínimo esfuerzo ante un retador que no logró hacer nada relevante y se retiró después de nueve asaltos inconclusos y una caída. Ahora Garcia está considerando retirarse, una decisión alentada por muchos analistas que tuvieron dificultades para reconocer al boxeador de Filadelfia en el ring.
La pelea fue anunciada en medio de controversias, ya que la gran mayoría de los expertos consideraba absurdo que se le diera la oportunidad de pelear por el título mundial de peso mediano a un boxeador como Garcia, quien además de estar inactivo durante más de dos años, nunca había peleado por encima del límite del peso superwélter. Los críticos tuvieron razón, ya que el combate resultó ser un completo desajuste.
Cuando los periodistas le preguntaron si ahora planea colgar los guantes, Garcia respondió lo siguiente:
«Debo sentarme y pensarlo. Ya saben, no he tenido una carrera muy larga. He estado en la cima del deporte durante 12 años. Seguramente, mi padre hizo bien en detener la pelea. Quiero decir, al final, él siempre hace lo mejor para mí. Me disculpo con todos mis fanáticos. Traté de ser grande esta noche. He superado dificultades fuera del ring, así que si estás pasando por problemas de salud mental, mantente fuerte. Traté de luchar contra eso esta noche, pero no era mi noche. Di lo mejor de mí, pero no funcionó, no tengo excusas.»
Garcia fue campeón mundial en las divisiones de peso superligero y wélter, y se ha enfrentado a numerosos boxeadores de élite. Entre sus victorias más significativas se encuentran sin duda el devastador KO que le propinó al boxeador británico Amir Khan y la victoria por puntos contra el temible golpeador argentino Lucas Martin Matthysse.