Servilismo, adulación y sumisión tragicómica hacia quienes se perciben como más ricos y poderosos: grandes males que impregnan y envenenan nuestra cultura nacional desde los tiempos en que estas actitudes eran denunciadas, con ironía, en las películas de la exitosa saga de Fantozzi. Desde entonces ha cambiado muy poco, y el Comité Regional de Liguria de la FPI nos ha ofrecido recientemente una enésima demostración con su homenaje servil a la familia Berlusconi.
Que Lorenzo Berlusconi, hijo de 15 años del consejero delegado de Mediaset, Pier Silvio Berlusconi, esté dando sus primeros pasos en el boxeo amateur es una noticia que muy probablemente ya habrá llegado a vuestros oídos, dado el gran eco mediático que ha generado, incluso en los principales medios de comunicación.
Precisamente ayer me encontré con una publicación en redes sociales de Sport Mediaset sobre el debut victorioso de Lorenzo en las competiciones oficiales de la FPI, y confieso que las palabras utilizadas me arrancaron más de una sonrisa. El título del post, bastante grandilocuente, era: “Lorenzo Berlusconi gana en su debut en el gran boxeo”. En el texto, el chico es incluso definido como “una promesa del boxeo italiano”.
Si un comunicado adulador de una cuenta corporativa hacia el hijo de su propio consejero delegado puede provocar como mucho algo de diversión —y desde luego no indignación ni escándalo—, mucho menos divertido fue constatar tonos aún más descarados y pomposos en una publicación del perfil oficial de Instagram de la FPI Liguria.
El organismo federativo, refiriéndose al combate en cuestión, escribió lo siguiente:
Debut victorioso y gran actuación para Lorenzo Berlusconi, hijo de Pier Silvio. El atleta de la ASD Clan Area firmó un debut de gran calidad en el boxeo FPI, imponiéndose en la categoría Sub-17 – 55 kg a la edad de 15 años. Tras un primer recorrido formativo madurado en los combates del Kombat Tour Italia, Lorenzo decidió emprender con seriedad y compromiso el paso al boxeo olímpico, entrando en el circuito de la Federación Italiana de Boxeo y demostrando desde el principio buenas cualidades técnicas y mentales.
La publicación va acompañada de una imagen del joven Lorenzo junto a su padre y de un breve clip del combate, en el que además se observa al chico desequilibrarse de forma bastante torpe y descoordinada durante una fase ofensiva.
No es nuestra intención menospreciar ni denigrar a un atleta de quince años, que tiene todo el derecho a recorrer su camino en el difícil mundo del Noble Arte y a quitarse sus propias satisfacciones. Al contrario, le deseamos que progrese y que este maravilloso deporte le brinde experiencias de vida, enseñanzas y herramientas de crecimiento personal, además de las victorias que sea capaz de merecer. El mismo deseo que dirigimos, naturalmente, a cualquiera que decida subir esos fatídicos escalones que conducen al ring.
Sin embargo, creemos que nuestra Federación, en todas sus instancias, debería ofrecer una imagen de imparcialidad, para que nadie pueda siquiera tener la impresión de que existen carriles preferenciales o boxeadores predestinados al éxito.
¿Cuántos jóvenes con cualidades, talento y recursos técnicos iguales o superiores a los de Lorenzo han hecho su debut sin recibir ni media palabra de elogio o exaltación por parte de los canales informativos de la FPI? Miles y miles, por supuesto. ¿Cuál es entonces el mensaje que se desprende de esas líneas tan obsequiosas que hemos citado?
El mensaje es el del célebre proverbio napolitano “A chi figli e a chi figliastri”. Y algunas de las preguntas que surgen espontáneamente son: “¿Serán serenos e imparciales los jueces que arbitren los combates del chico?”, “¿Pasará por delante de alguien más merecedor en las selecciones para las selecciones nacionales?”
Esperamos obviamente que todos aquellos que tienen responsabilidades decisorias no se dejen condicionar por el apellido del atleta y que el comunicado de la FPI Liguria quede en los archivos como nada más que una iniciativa inoportuna de un funcionario demasiado celoso. Pero, como escribió Quintiliano, “Neque enim satis est esse bonum, nisi etiam videare” (“No basta con ser bueno, si no se parece”). Y precisamente en términos de apariencia, la FPI Liguria ha asestado un duro golpe a su propia credibilidad.
Mediaset es un auténtico coloso en el universo mediático de nuestro país, y es completamente normal que quienes forman parte del mundo del boxeo deseen con fuerza que nuestras competiciones, nuestros campeones y nuestros gimnasios encuentren espacio y visibilidad en sus canales. No olvidemos nunca, sin embargo, que un producto, para tener éxito, además de ser promocionado, debe ser auténtico y de calidad. De lo contrario, “los más serviles deseos de una distinguida Navidad y un respetable Año Nuevo” no bastarán para sacarnos de nuestra condición fantozziana.
