La estadounidense T-Rex Claressa Shields necesitó solo dos asaltos para finalizar el combate contra la campeona de peso pesado del WBC Vanessa Lepage-Joanisse.
Anoche, en el ring del Little Caesars Arena en Detroit, el combate entre las dos se consumió rápidamente y terminó antes del límite, con el árbitro decretando el KO técnico contra la canadiense poco después del primer minuto del segundo asalto.
Se vio poco en el cuadrilátero, pero fue suficiente para que la joven de 29 años de Flint se llevara a casa otro título más, o mejor dicho, varios títulos, ya que además del cinturón de peso pesado, también estaba en juego el título vacante de peso semipesado de la WBO. Estos trofeos se suman a los cuatro cinturones de peso medio y superwelter que conquistó en el pasado.
El primer asalto fue casi totalmente de estudio, pero vibró al final cuando Shields conectó varios golpes de izquierda al rostro de su rival y terminó el asalto con una ráfaga de dos manos que, aunque imprecisa, desorientó a la pugilista rival.
En el segundo asalto, Claressa pisó el acelerador y, tras algunos intercambios en los que esquivó hábilmente los golpes de su oponente, respondió con ganchos pesados que hicieron caer a la canadiense una, dos y tres veces en cuarenta segundos.
Después de los dos primeros conteos, el árbitro interrumpió acertadamente el combate cuando Joanisse cayó por tercera vez, aunque solo con una rodilla en el suelo. Desde su esquina ya estaban listos para tirar la toalla si no lo hubiera hecho. Su reinado solo duró unos pocos meses, ya que había ganado el título de peso pesado solo el pasado marzo. Para Shields, sin embargo, fue la consolidación de su legado.