Los cinturones mundiales del peso pesado podrían volver pronto a estar en manos de un solo campeón. Según informa el redactor de The Ring, Mike Coppinger, Oleksandr Usyk y Daniel Dubois estarían muy cerca de alcanzar un acuerdo para enfrentarse el próximo 12 de julio en el estadio de Wembley, en Londres. Sería una revancha, ya que ambos se enfrentaron en agosto de 2023 en Polonia, con victoria por KO en el noveno asalto a favor del ucraniano.
Usyk lo había dejado claro: la única pelea que realmente le interesa en esta etapa de su carrera es contra el pegador británico de manos pesadas. Una preferencia que parece tener dos motivaciones: por un lado, el deseo de volver a ser campeón unificado tras haber cedido el cinturón de la IBF para permitir la revancha con Tyson Fury; por otro, la voluntad de silenciar la polémica surgida tras el primer combate con Dubois.
Aquel enfrentamiento, celebrado en el Stadion Wroclaw, estuvo marcado por un episodio muy debatido. En el quinto asalto, Dubois conectó un potente uppercut en la parte baja del abdomen de Usyk, golpe que el árbitro consideró bajo. El ucraniano necesitó varios minutos para recuperarse y continuar el combate. Algunos sostienen que el golpe fue legal y que Dubois debió ser proclamado ganador por KO.
Si bien es imposible saber con certeza si Usyk se habría levantado a tiempo en caso de conteo, muchos expertos han señalado que el impacto se produjo por debajo del ombligo, es decir, en zona prohibida.
A pesar de que Usyk ganó casi todos los asaltos en las tarjetas oficiales y logró dos caídas antes de imponerse por KO técnico, hay quienes desde entonces piden con insistencia una revancha que aclare las cosas de una vez por todas. Una expectativa alimentada por los recientes éxitos de Dubois, quien, tras derrotar a Jarrell Miller, Filip Hrgovic y Anthony Joshua, no solo se ha convertido en nuevo campeón de la IBF, sino que también ha mostrado mejoras técnicas y mentales significativas.
Si se confirma el combate, el estadio de Wembley probablemente se convertirá en una auténtica caldera, con los aficionados británicos apoyando con entusiasmo a su ídolo. Para Usyk sería la undécima pelea profesional disputada en casa de su rival, una cifra impresionante que subraya su fortaleza mental y su capacidad para rendir al máximo sin dejar dudas, incluso ante un público hostil.
El poseedor de los cinturones del WBC, WBA y WBO ya ha cumplido 38 años y probablemente está en los últimos compases de su brillante carrera. Veremos si aún le queda energía para realizar otra obra maestra ante un rival joven, hambriento y peligroso, más pesado que él.