Las 42 primaveras de Badou Jack, boxeador sueco que durante años ha estado en la élite del boxeo mundial, certifican el difícil momento que atraviesa la división crucero, una categoría carente de grandes figuras y sin un verdadero relevo generacional. El único púgil de valor absoluto, Jai Opetaia, tiene problemas para encontrar rivales de nivel, mientras que Zurdo Ramírez, por ahora, no parece dispuesto a enfrentarlo. En el horizonte aparece la figura de David Benavidez, que haría todo más interesante, aunque en detrimento de los semipesados, división en la que “Bandera Roja” espera las decisiones de los dos fenómenos de la categoría, Beterbiev y Bivol.
Así, Jack (29-3-3, 17 KO), actual campeón mundial WBC—título conquistado en 2023 a expensas de Ilunga Makabu—volvió a verse involucrado en una defensa titular, con el objetivo de conservar el cinturón ante el asalto del boxeador armenio Noel Mikaeljan (27-3-0, 12 KO).
El combate fue una revancha con aroma a ajuste de cuentas. Jack y Mikaeljan ya se habían enfrentado en mayo de 2025, cuando el sueco se impuso por decisión mayoritaria. Sin embargo, aquel veredicto generó no pocas polémicas: muchos vieron ganador a Mikaeljan, pese a un combate poco brillante y prácticamente falto de momentos de gran emoción.
Mikaeljan es un boxeador técnicamente sólido, no especialmente dotado de pegada, pero capaz de hacerse respetar gracias a su largo alcance y gran solidez defensiva, hasta el punto de no haber sido noqueado nunca. Badou Jack, por su parte, lleva años en la élite. Hoy compite de forma estable entre los cruceros, pero cuenta con un pasado importante en el supermedio y el semipesado, habiendo peleado y conquistado títulos en todas las divisiones en las que militó.
En el Ace Mission Studios de Los Ángeles, ambos protagonizaron un combate áspero y tenso, caracterizado por un claro predominio de Mikaeljan en la segunda mitad. Tras doce asaltos, el armenio fue declarado vencedor por decisión unánime, con tarjetas de 115-111, 116-110 y 116-110. Mikaeljan se convirtió así, por segunda vez, en campeón mundial WBC de los pesos crucero.
Fue un combate exigente, en el que la edad de Badou Jack resultó un factor determinante, dejando en evidencia la mayor frescura del armenio de 35 años.
El inicio fue cauteloso por parte de ambos boxeadores. En esta primera fase, Jack se mostró ligeramente superior gracias a un buen uso del jab y del directo de derecha, tanto al rostro como al cuerpo. Mikaeljan prefirió desplazarse cerca de las cuerdas al comienzo, cediendo el centro del ring al campeón defensor.
La tensión sobre el ring era evidente, dadas las altas apuestas y el controvertido resultado del primer enfrentamiento.
Esa tensión comenzó a manifestarse ya al final del segundo asalto, cuando, tras un buen derechazo de Mikaeljan, Jack respondió con un golpe de derecha claramente después de la campana.
Al llegar a la mitad del combate, la pelea se intensificó aún más, con ambos intercambiando un mayor volumen de golpes a corta distancia.
Al final del séptimo asalto, tras varias advertencias, Mikaeljan fue penalizado con un punto por golpear a Jack en la nuca. En el octavo, los ánimos se caldearon todavía más: primero Jack recibió una deducción de un punto por un golpe ilegal, y luego ambos continuaron golpeándose tras el sonido de la campana, provocando el caos en el ring, con las esquinas interviniendo para separarlos y los oficiales tratando de restablecer el orden.
A partir del noveno asalto, el armenio tomó el control total del combate, claramente más fresco que su rival. Mikaeljan comenzó a presionar, trabajando eficazmente al cuerpo y agotando las últimas reservas de energía del veterano campeón. Su derecha empezó a encontrar el objetivo con mayor facilidad y también en la corta distancia Mikaeljan pareció imponerse, favorecido por la evidente caída en el ritmo de trabajo de Jack. Al final del combate, el veredicto confirmó la victoria de Mikaeljan por decisión unánime.
Durante las entrevistas posteriores, un Jack visiblemente decepcionado respondió así a quienes le preguntaron por una revancha que completara la trilogía:
“No me siento muy bien. Ya veremos. He tenido una gran carrera, pero veremos qué viene ahora.”