El combate por el título europeo femenino del peso ligero de la EBU entre Pamela Noutcho Sawa y Martina Righi, que encabezaba la velada organizada por la Promo Boxe de Mario Loreni en el Palasport Biondi de Ferrara, duró menos de un asalto. Ese fue el tiempo que necesitó la campeona europea Noutcho para conectar una derecha decisiva y obligar al árbitro a detener la pelea. La boloñesa de 32 años defendió con éxito su cinturón por primera vez desde que lo conquistó el pasado mes de octubre frente a la serbia Nina Pavlovic.
La boxeadora, nacida en Camerún pero residente en Italia desde los ocho años—y finalmente ciudadana italiana desde 2022—protagonizó un inicio muy agresivo, presionando a su rival desde los primeros segundos del combate.
La retadora no se dejó intimidar e intentó responder al intenso ataque de la campeona con golpes en réplica. Noutcho dejaba huecos evidentes en sus acometidas, pero aunque Righi logró alcanzarla en alguna ocasión con su derecha en contragolpe, no mostró ni la precisión ni la explosividad necesarias para frenar su empuje.
La decisión de Righi de intercambiar golpe por golpe con la campeona, por más valiente que fuera, le terminó perjudicando. Quizá le habría convenido más dejar que la campeona se desgastara durante un par de asaltos y apostar por una estrategia más conservadora, para intentar crecer con el paso de los minutos. Sin embargo, la adrenalina la empujó a batirse en el centro del ring sin reservas, y esa elección resultó letal.
Una derecha espléndida de Noutcho, que impactó de lleno en el mentón, mandó a la retadora a la lona a solo diez segundos del final del primer asalto. Righi parecía bastante tocada y necesitó unos segundos para recuperar la orientación y ponerse en pie, pero en honor a la verdad, lo logró antes de que concluyera la cuenta del árbitro.
Sin embargo, el señor Giovanni Poggi, considerando la violencia del golpe, decidió decretar el nocaut técnico. Una decisión legítima, aunque no exenta de polémica, ya que Righi parecía lúcida y en buen equilibrio, y además quedaban apenas unos instantes para que sonara la campana y pudiera recuperarse durante el descanso.
Más allá de lo que se pueda opinar sobre la detención, es justo destacar la calidad del golpe final: una derecha realmente excepcional por su potencia, velocidad de ejecución y precisión técnica, que Noutcho lanzó con una coordinación perfecta y gran naturalidad. La boloñesa de 32 años parece haber alcanzado el punto máximo de su rendimiento técnico y físico, y puede alimentar con razón ambiciones aún mayores, esperando una llamada para disputar un título mundial.
Es comprensible la amargura de Martina Righi, que vio desvanecerse su sueño europeo en menos de dos minutos. Por desgracia, el boxeo es un deporte cruel, y muchas veces un solo error basta para echar por tierra meses de preparación en cuestión de segundos, como le ocurrió a la toscana de 34 años. En cualquier caso, estamos convencidos de que sabrá aprender de esta experiencia amarga y volver aún más decidida en sus próximas oportunidades por el título.