La primera verdadera prueba en la carrera del prodigioso prospecto británico de los pesos pesados Moses Itauma fue superada con la máxima nota. El joven de 20 años de Chatham aniquiló al mucho más experimentado Dillian Whyte en muy poco tiempo, lo abrumó con golpes y lo mandó a la lona en el primer asalto. El evento principal de la velada en Riad terminó de inmediato, dejando atónitos a espectadores y televidentes. Ahora, para Itauma, que con esta victoria se coronó campeón intercontinental de la WBO, podría llegar la primera oportunidad mundialista.
Dillian Whyte había hecho creer a algunos que podría mostrarse competitivo, ya que en la báscula marcó el peso más bajo de los últimos diez años y presentó un físico mucho más definido de lo habitual. Sin embargo, su estado de forma pareció mucho mejor antes del inicio de la pelea que después del tañido de la campana inaugural.
Itauma, también bastante más ligero y delgado que en sus últimas apariciones (unos ocho kilos menos respecto al combate de mayo), necesitó poco más de un minuto para estudiar y descifrar a su rival, tras lo cual desató toda su artillería.
Whyte recibió impactos violentos que golpeaban alternativamente al cuerpo y al rostro sin que lograra leerlos ni contenerlos. El boxeador de 37 años de Brixton intentó agachar la cabeza hacia adelante para escapar de la furia de su joven verdugo, pero de ese modo se topó con un gancho de izquierda particularmente venenoso que lo alcanzó entre la coronilla y la nuca, obligándolo a retroceder precipitadamente hacia las cuerdas.
Allí Itauma lo abrumó literalmente con golpes, mostrando además de su brutal potencia, una excelente variedad de recursos ofensivos. Particularmente notable fue un uppercut de derecha al cuerpo que dejó a Whyte visiblemente dolorido, antes de que un terrible gancho de derecha a la sien completara la obra, enviando al excampeón mundialista al tapiz.
El “Body Snatcher” intentó valientemente reincorporarse, pero estaba claramente aturdido y necesitó la ayuda de las cuerdas para mantenerse de pie, razón por la cual el árbitro Mikael Hook detuvo acertadamente el combate.
Esta victoria fulminante del jovencísimo púgil británico fue sin duda impresionante, ya que nadie había maltratado a Dillian Whyte con tanta facilidad y rapidez, y también porque el increíble arsenal ofensivo del ganador se mostró esta noche en toda su amplitud.
Por otro lado, persisten incógnitas y preguntas que invitan a la cautela y a no dejarse llevar por el impulso de consagrar ya a Itauma como un fuera de serie destinado a reinar sin oposición durante los próximos veinte años.
De hecho, también hoy, como en ocasiones anteriores, el chico prácticamente no tuvo que encajar ni un solo golpe peligroso, por lo que la solidez de su quijada sigue siendo desconocida. Además, una vez más, Itauma no pasó del sexto asalto y, por tanto, no es posible emitir juicios sobre su capacidad de desenvolverse en un combate largo, intenso y exigente.
A pesar de ello, y aunque se necesitan más pruebas para entender si el púgil inglés podrá inscribir o no su nombre en la historia del boxeo, el potencial mostrado hasta hoy realmente nos deja boquiabiertos y nos hace ser extremadamente optimistas sobre sus perspectivas futuras.
Ahora será interesante descubrir si Turki Alalshikh pondrá sobre la mesa una oferta faraónica para inducir a Itauma a lanzar de inmediato el desafío al campeón unificado de los pesos pesados Oleksandr Usyk. Por un lado, sin duda sería un riesgo, dada la enorme diferencia de experiencia entre ambos púgiles; por el otro, el joven británico tendría la oportunidad de lograr un éxito histórico, además de una bolsa que, con toda probabilidad, sería muy suculenta.
Usyk, por su parte, podría seguir adelante con su camino respetando las reglas y concediendo la oportunidad al retador oficial Joseph Parker antes de retirarse. Pero también podría dejarse tentar por los infinitos recursos que los árabes pueden garantizar y aceptar participar en un épico choque intergeneracional. Solo nos queda esperar.