La categoría de peso crucero confirma una vez más ser el terreno natural del talentoso boxeador mexicano Gilberto «Zurdo» Ramírez, quien anoche, en The Venue Riyadh Season, en Arabia Saudita, derrotó de manera clara a un estoico Chris Billam-Smith, unificando los títulos mundiales WBO y WBA de la división. Zurdo se impuso por decisión unánime con las siguientes tarjetas: 116-112, 116-112, 116-113.
Los fanáticos del mexicano probablemente se habrán preocupado al presenciar el primer asalto. Ramírez lució distraído e indolente durante los tres minutos iniciales, permitiendo que su rival, decidido desde el primer tañido de la campana, marcara el ritmo y se llevara claramente el asalto inicial.
Sin embargo, ese momento despertó al favorito, quien a partir del segundo round ajustó su ritmo y comenzó a contragolpear cada ataque del rival. A pesar de su físico más robusto y su larga permanencia en la categoría, Billam-Smith no logró aprovechar la transformación de la pelea en una guerra sin tregua.
El inglés, a pesar de su valentía, pagó caro su rigidez en el tronco, luchando para contrarrestar las salidas laterales de Ramírez y sus ganchos certeros, lanzados desde ángulos impredecibles. El cuarto round fue particularmente devastador, con la cabeza del británico, demasiado inmóvil y expuesta, recibiendo un sinfín de golpes cargados.
El inglés intentó valientemente abrirse paso a través de la tormenta avanzando sin descanso y trabajando bien en la corta distancia, pero se mostró inferior en el boxeo a media distancia, enfrentando múltiples momentos de sufrimiento. Para complicar aún más las cosas, apareció una fea herida causada por los golpes de Zurdo, la cual fue examinada cuidadosamente por el médico de la velada al inicio del séptimo round.
El estoicismo del campeón WBO fue admirable a lo largo de los minutos. A pesar del castigo constante, Billam-Smith no perdió la esperanza de cambiar el rumbo de la pelea e intentó causar daño siempre que tuvo oportunidad. Esto se evidenció claramente al final del noveno asalto, cuando, tras recibir una cantidad alarmante de golpes, conectó un potente gancho de derecha que puso a Ramírez a la defensiva.
Ramírez optó por un décimo round más conservador, pero retomó el control en las dos últimas rondas, agotando todas sus energías en los tres minutos finales. Un último asalto frenético, digno de una película de Rocky, vio a Zurdo lanzarse con una andanada de golpes y a Billam-Smith resistir sin dar un solo paso atrás.
Las tarjetas finales fueron, a mi juicio, algo generosas con el valiente atleta inglés. Personalmente, tenía un marcador de 117-111 a favor de Ramírez, pero esto no cambia la esencia del resultado. El ganador se lleva a casa los dos cinturones con total merecimiento y se consolida como uno de los dos mejores pesos crucero del planeta junto al australiano Jai Opetaia. Un combate entre ambos sería simplemente espectacular.
Por su parte, Billam-Smith podría considerar colgar los guantes. El inglés ha tenido una carrera fantástica, ganando todo lo que podía ganar, y tras esta dura derrota, no será fácil para él encontrar la motivación adecuada para seguir adelante. Sin embargo, lo que queda claro es que su legado como un gran campeón está asegurado.