Se acerca la revancha más esperada del año: Usyk vs Fury. El combate de los combates, no solo porque es la categoría reina del boxeo, sino también porque su primer enfrentamiento fue tan equilibrado que solo un golpe preciso pudo determinar el resultado.
El combate transcurrió asalto tras asalto con incertidumbre sobre quién emergería como el mejor. Usyk ganó, dejando cierto malestar en su oponente y también un sabor amargo a muchos en el mundo del boxeo y a millones de espectadores, ya que quedó una duda sobre quién fue realmente superior.
Es justo organizar una revancha, en la que esperamos fuegos artificiales de ambas partes. Naturalmente, Tyson Fury estará mucho más preparado, sabiendo muy bien que su estilo de boxeo requiere máxima concentración. No puede dar margen a su rival ni relajarse mentalmente, ya que Usyk es un boxeador que siempre lucha, muy inteligente, técnicamente completo, pero físicamente más pequeño y ligero que Fury.
Creo que Fury usará mucho más su directo de izquierda, evitando apoyarse en las cuerdas como en el pasado. Al igual que en sus otras revanchas (particularmente contra Wilder), no esperará que el combate se desarrolle asalto tras asalto, sino que aplicará más presión a su oponente, lanzando combinaciones más frecuentes y sin pausas.
Por otro lado, Usyk tiene la confianza de ser el campeón, pero sabe muy bien que en este combate tendrá que hacer mucho más para demostrar al mundo que es el verdadero rey de los pesos pesados. No será fácil para ninguno de los dos, ya que ya se enfrentaron anteriormente. Ambos habrán trabajado para corregir sus errores mientras entrenaban al máximo nivel para aprovechar cada error del oponente y capitalizar en sus llamadas “partes faltantes.”
Preparar una revancha contra un rival que te ha vencido no es una tarea sencilla. Lo digo por experiencia propia, ya que en mi modesta carrera tuve algunas revanchas, incluso cuando perdí el primer combate de forma clara.
El primer ejemplo que puedo ofrecer es la revancha contra el multicampeón mundial Omar Andrés Narváez. El segundo es la revancha contra el español Iván Pozo. El primero fue por el título mundial WBO, y el segundo por el título europeo.
Enfrentar una revancha contra alguien que te ha derrotado requiere la fuerza de voluntad para aceptar la derrota, admitir los errores y trabajar para mejorar y perfeccionarte, incluso cambiando tu estilo de boxeo.
Siempre busqué la perfección en mi boxeo, cambiando mi enfoque con frecuencia, adaptándome al estilo del oponente, pero también entendiendo cuánto tiempo necesitaba para prepararme y evitar cualquier error. Esta preparación debía estar enfocada exclusivamente en la persona que ya conoces como boxeador porque ha evidenciado tus “partes faltantes.”
Para Narváez, hice una preparación de 75 días sin detenerme, haciendo sparring con boxeadores que imitaban su estilo y repitiendo movimientos millones de veces para sorprenderlo, creando ansiedad e incertidumbre y cambiando el resultado asalto tras asalto.
Contra Iván Pozo, para la revancha, realicé una preparación de tres meses y medio lejos de casa, enfocándome casi exclusivamente en aumentar mi fuerza física y mental. Trabajé duro para evitar cualquier distracción, sabiendo que incluso el más mínimo error podría llevarme a un KO.
Con la ayuda de sesiones específicas con un coach mental, desarrollé una fortaleza mental que me permitió creer que cualquier golpe que recibiera, por fuerte que fuera, no me haría daño. Me entrené para responder explosivamente, duplicando sus golpes. Por ejemplo, si recibía uno o dos golpes, debía responder con una combinación de cuatro golpes, manteniendo la misma potencia, velocidad y precisión.
Para lograr la perfección, diseñé un plan de entrenamiento físico que trabajara cada parte de mi cuerpo, desde correr para mejorar la resistencia y la respiración, hasta ejercicios físicos y musculares variados, trabajando en velocidad y explosividad. Pero el elemento realmente fundamental fue visualizar el “film del combate” que tenía que pelear, tanto durante el entrenamiento físico como durante las sesiones de sparring con varios compañeros.
Mientras estaba en el vestuario esperando ser llamado al ring, le dije a mi entrenador Franco Cherchi una frase ahora famosa: “Verás, en este combate voy a caer, pero me levantaré de inmediato. Ahí comenzará mi combate: verás, voy a ganar y probablemente lo noquearé.” Bueno, eso fue exactamente lo que pasó…