Los Juegos Olímpicos de París aún están en pleno desarrollo, pero para nuestro equipo nacional de boxeo, el torneo ya ha terminado. Habrá tiempo para hacer balances y para preguntarse qué no ha funcionado; por ahora les presentamos el relato completo, dividido en dos partes, de los combates disputados por nuestros boxeadores.
Las Olimpiadas de Salvatore Cavallaro (80 kg)
Dieciseisavos de final: Cavallaro (Italia) vs. Aykutsun (Turquía)
Las Olimpiadas de Salvatore comienzan mal desde el sorteo. El italiano es uno de los únicos cuatro boxeadores obligados a comenzar desde los dieciseisavos de final en lugar de los octavos y, además, en caso de pasar de ronda, le espera la estrella Arlen López, uno de los dos grandes favoritos del torneo.
El primer asalto se desarrolla a un ritmo muy lento: Cavallaro toma el centro del ring y aplica una presión tímida, pero sus golpes son pocos y poco convincentes; Aykutsun, por su parte, se mantiene a distancia y se limita a combinaciones básicas de uno-dos. Sucede muy poco, pero los jueces prefieren la mayor compostura del turco.
Viendo que está en desventaja, el boxeador italiano intenta atacar en el segundo asalto, pero el resultado es desastroso: Aykutsun lo anticipa y lo cruza regularmente, lanzando los ataques de Cavallaro fuera de balance y ganando claramente el asalto.
La presión de Cavallaro continúa en el tercer asalto, pero la situación en las tarjetas de puntuación ya está comprometida: Aykutsun lo sabe y maneja los intentos generosos pero caóticos de su rival sin dejarse arrastrar a una pelea cuerpo a cuerpo.
En el único asalto en el que ambos atletas mostraron un boxeo intenso (el segundo), nuestro representante visiblemente salió peor, y es justo que el turco haya avanzado en el torneo. Cavallaro no lo ve así y, después del veredicto, aplaude sarcásticamente el trabajo de los jueces durante mucho tiempo y luego patea las cuerdas antes de abandonar el ring: un comportamiento injustificable que no se esperaría de un atleta de su experiencia.
Las Olimpiadas de Sirine Charaabi (54 kg)
Dieciseisavos de final: Charaabi (Italia) vs. Munguntsetseg (Mongolia)
La italiana comienza muy bien, dominando los primeros dos minutos del primer asalto, mostrando una técnica y un tiempo superior en comparación con su rival, cuya defensa es repetidamente perforada. Sin embargo, hacia el final del primer asalto, se nota una ligera caída en el trabajo ofensivo de Charaabi, lo que presagia lo que, lamentablemente, está a punto de suceder en el resto del combate.
Desde el segundo asalto en adelante, la condición atlética de Charaabi cae inesperada y drásticamente: Munguntsetseg percibe una gran oportunidad y ataca sin descanso, mientras nuestra boxeadora ya no responde a los golpes, limitándose a moverse y a amarrar desesperadamente. Las advertencias del árbitro se suceden, pero la italiana no encuentra soluciones y sigue aferrándose a su oponente para ralentizar el ritmo, recibiendo dos puntos de penalización en rápida sucesión.
La situación no mejora en el tercer y último asalto, que Charaabi comienza con un arrebato de orgullo antes de volver a sucumbir a la presión incesante de su rival. La italiana claramente ya no tiene energía y solo puede ver cómo su sueño olímpico se desvanece mientras, con habilidad y esfuerzo, trata de limitar los daños y llegar a la campana final sin lesiones.
Los jueces inevitablemente declaran su derrota. Horas después del combate, circulan rumores de que Charaabi habría tenido una lesión durante la preparación para los juegos, lo que habría afectado su preparación atlética. Una posible explicación para la caída repentina que hizo que la italiana fuera incapaz de expresar su boxeo en los últimos dos asaltos.
Las Olimpiadas de Giordana Sorrentino (50 kg)
Dieciseisavos de final: Sorrentino (Italia) vs. Kyzaibay (Kazajistán)
La italiana aborda el primer asalto con su habitual coraje, pisando el acelerador e iniciando todos los intercambios cercanos. Kyzaibay contraataca, lanzando menos golpes pero mostrando mucha más precisión. Al final del asalto, los jueces parecen preferir la mayor cantidad de golpes de la italiana a la mayor calidad expresada por la kazaja.
Al darse cuenta del criterio de los jueces, Kyzaibay cambia de táctica desde el segundo asalto. La kazaja toma el centro del ring y, en lugar de esperar los ataques de su oponente, anticipa sus intenciones atacándola y quitándole espacio. El combate se vuelve caótico y confuso, pero la mayor fuerza física de la kazaja se destaca.
El tercer asalto es una repetición del segundo: Sorrentino está incómoda al no poder marcar el ritmo, lucha con el vigor físico de su oponente en el cuerpo a cuerpo y no cambia su plan táctico, no estando acostumbrada a boxear retrocediendo.
En este caso, no hay remordimientos particulares ya que Kyzaibay demostró ser una boxeadora de un nivel general superior. Giordana Sorrentino puso su alma en el combate, pero no tenía los medios físicos y técnicos para resolver el enigma. Los jueces, con un toque de generosidad, le concedieron una pequeña ventaja inicial, pero cuando la intensidad del combate aumentó, sus posibilidades de victoria se desvanecieron.
Las Olimpiadas de Alessia Mesiano (60 kg)
Dieciseisavos de final: Mesiano (Italia) vs. Ozer (Turquía)
Alessia se enfrenta a una oponente difícil de descifrar, siendo zurda y más alta que ella, pero elige desde el primer asalto la configuración táctica correcta. La italiana se sitúa frente a su rival y dificulta el uso del jab con numerosas fintas y un movimiento constante de dentro a fuera. Tal vez le falte un poco en el ritmo de trabajo, pero un par de izquierdas la despiertan y la empujan a cerrar el asalto en crescendo.
En el segundo asalto, Mesiano lo hace aún mejor: sigue manteniendo a su oponente bajo presión, pero esta vez lanza más golpes, mostrando una clara superioridad en el tiempo de ejecución. Un asalto en el que mereció la unanimidad de los jueces.
En el tercer asalto, Ozer intenta todo cambiando de táctica y buscando el asalto frontal, pero la boxeadora italiana se beneficia de esto, desenvocándose sin problemas en el papel de contraataque. Las embestidas de la turca no hacen daño y permiten a nuestra representante contraatacar eficazmente.
En conjunto, una victoria clara y una actuación de alto nivel.
Octavos de final: Mesiano (Italia) vs. Harrington (Irlanda)
El desafío parece desalentador desde el principio. Harrington es la campeona olímpica vigente y tiene un repertorio amplísimo: potencia en ambas manos, cambios de guardia y variedad de golpes propios de una boxeadora profesional. Mesiano valientemente intenta proponer su boxeo en el primer asalto, pero la diferencia de potencia es tangible y favorece a la boxeadora irlandesa.
En el segundo asalto, la atleta italiana da el 100%, logrando con enorme esfuerzo mantener el asalto equilibrado hasta los últimos 30 segundos, pero Harrington no perdona errores: ante cada mínima incertidumbre, acierta y en la parte final del asalto encuentra los huecos adecuados para ser preferida nuevamente.
El tercer asalto es un medio calvario para nuestra boxeadora. El cansancio físico y la conciencia psicológica de no poder revertir el combate le quitan lucidez y brillantez, facilitando el trabajo de Harrington, quien a lo largo de los tres minutos muestra todo su vasto repertorio, mereciendo completamente el acceso a los cuartos de final.
Al igual que con Giordana Sorrentino, no hay recriminaciones ni remordimientos, salvo por haber encontrado a una boxeadora tan fuerte en la segunda ronda del torneo. Con un sorteo menos desafortunado, quizás Alessia podría haber dado unos pasos más hacia el podio.