Impresionante actuación del estadounidense Keyshawn Davis en el Madison Square Garden Theater de Nueva York. El invicto púgil de 25 años, oriundo de Norfolk, noqueó en solo cuatro asaltos al ucraniano Denys Berinchyk, arrebatándole el título mundial del peso ligero de la WBO. Una victoria clara y devastadora, mucho más fácil de lo esperado, que certifica las enormes mejoras logradas por Davis en el último año y lo consagra como uno de los rivales más temibles y completos de las 135 libras.
El retador solo necesitó un asalto y medio para encontrar la clave que le permitió adueñarse del combate. Hasta la mitad del segundo round, la pelea se había mantenido bastante cerrada, con Berinchyk evitando ser un blanco fijo gracias a su rapidez de piernas y su habilidad para recurrir al clinch en la corta distancia.
Davis, por su parte, se adueñó del centro del ring desde la campanada inicial, mostrando gran personalidad, y comenzó de inmediato a estudiar a su rival para entender la mejor manera de desmantelar su defensa.
Al darse cuenta de que la cabeza de Berinchyk no era un objetivo fácil, el estadounidense ajustó inteligentemente su estrategia, encontrando en los uppercuts al cuerpo el arma clave para inclinar la pelea a su favor.
Sincronizando sus golpes a la perfección cada vez que el ucraniano intentaba acortar la distancia, Davis empezó a conectar impactos al cuerpo contundentes y precisos, que el campeón del mundo tenía dificultades para anticipar y asimilar.
En el tercer asalto, el experimentado púgil ucraniano mostró la primera señal de quiebre, arrodillándose tras recibir un brutal uppercut de izquierda al hígado. En esa circunstancia, el retador demostró una gran madurez, resistiendo la tentación de precipitarse en busca del nocaut inmediato y trabajando de manera excelente con su jab de izquierda durante el resto del asalto.
Un Berinchyk ensangrentado por la nariz y visiblemente afectado finalmente cayó en el cuarto asalto, cuando una terrible combinación al cuerpo de Davis lo dejó de rodillas. Con una expresión resignada, el ucraniano escuchó la cuenta completa del árbitro, consciente de que ya no tenía fuerzas para seguir peleando.
Lo que mostró Keyshawn Davis fue boxeo de alto nivel. En estos pocos asaltos, el nuevo campeón mundial de la WBO exhibió seguridad en sus recursos, determinación, variedad de golpes, inteligencia táctica y una potencia demoledora. Todos estos son ingredientes de élite que lo convierten en un rival creíble para los grandes nombres de la división. Su reiterado deseo de enfrentarse a la superestrella Gervonta Davis ahora parece mucho más justificado y realista.