Combate por el título en el Pala Atlantico de Roma, con el cinturón EBU Silver del peso superligero en juego. Se enfrentaban el campeón Charlemagne “Charly” Metonyekpon y el retador Armando Casamonica. Una especie de eliminatoria de cara al título Europeo absoluto, el combate se resolvió con victoria de Casamonica por decisión dividida tras una batalla muy táctica, con las siguientes puntuaciones: 114-113, 113-114, 114-113.
Charly Metonyekpon, originario de Benín, es hoy italiano de pleno derecho. Con 29 años, llegaba con un récord de 16 victorias (1 por KO) y una sola derrota. Físico escultural, técnica sólida y efectiva, buenos golpes rectos, venía de una victoria ante Mohamed Kani.
El retador, Armando Casamonica, es un púgil romano de 24 años con 14 victorias (3 por KO) y una derrota, igual que su rival. Venía de un gran combate en Estados Unidos ante Lucas Bahdi, cuyo veredicto (a favor de Bahdi) generó más de un murmullo. Una derrota que, sin embargo, atrajo los focos sobre el joven romano. Técnicamente está bien formado, con buen movimiento dentro-fuera, notables desplazamientos de tronco y buen sentido del tiempo.
El récord hablaba claro: ninguno de los dos es un noqueador nato. Así que, como era de esperar, fue un combate muy táctico, pero con momentos de gran calidad técnica.
Más alto y con mayor alcance, Charly tomó inicialmente el centro del ring, ejerciendo como «pressure fighter», mientras que Armando trabajaba más en contragolpe, esperando el momento justo para soltar las manos.
Los primeros compases del combate se desarrollaron principalmente a media distancia, en una especie de danza de fintas, jabs, rectos, esquivas y contras. Charly estuvo mejor con los rectos, gracias también a su alcance, pero Casamonica fue superior en el timing y con los golpes de respuesta. Este equilibrio marcó todo el combate.
Pese a su mayor alcance, fue Charly quien intentó acortar la distancia con más frecuencia, encontrándose con un Casamonica siempre atento y listo para responder.
Al final del cuarto asalto, un buen derechazo al contragolpe de Charly impactó a Armando, que supo amarrar y recuperar la claridad mental de inmediato, como demostró en el quinto asalto, donde conectó repetidamente al rival. Fue quizá su mejor asalto. También en el sexto Casamonica pareció imponerse gracias a su elección de tiempo y rapidez de ejecución.
Al llegar al ecuador, la inercia del combate no cambió: Charly siguió presionando y Casamonica respondió al contragolpe, con esquivas y entradas precisas. Un planteamiento táctico contrario a lo que uno esperaría viendo sus físicos.
En el séptimo asalto, Casamonica fue sancionado con un punto por perder el protector bucal. Sin inmutarse, volvió en el octavo a trabajar de forma eficaz, manteniendo la línea de los asaltos anteriores. Charly conectó algunos rectos limpios, pero sin continuidad. Al final del asalto, un intercambio vistoso de ambos certificó el equilibrio constante del combate. Muy bonito el saludo entre los dos al sonar la campana, como muestra de respeto y reconocimiento mutuo.
Un buen recto de Charly al inicio del noveno abrió la última fase del combate. Ambos siguieron con el mismo plan táctico, pero aumentando el ritmo. Charly fue más preciso con sus rectos, pero Casamonica fue más sólido en corta, con su movimiento de tronco y las contras.
Al final del décimo, un buen derechazo de Armando desde media-corta distancia sacudió a Charly, que intentó responder al instante. En los últimos asaltos, Casamonica pareció más agresivo, pero Charly fue más preciso y efectivo que al inicio.
Sonó la última campana y la victoria fue para Casamonica por decisión dividida. Un veredicto difícil que, en opinión de quien escribe, pudo haber ido para cualquiera. Tal vez un empate habría resumido mejor el desarrollo de un combate definido por su equilibrio.
Aplausos para ambos púgiles por los momentos de gran boxeo ofrecidos, a pesar de un combate principalmente táctico, y por la gran deportividad mostrada — realmente ejemplar.