Una experiencia amarga en Albania para Mauro Forte (20-1-2, 8 KO), quien en el ring al aire libre de la Plaza Skanderbeg de Tirana cedió su Título Europeo de peso pluma al español Cristobal Lorente (19-0-1, 8 KO) después de un combate muy intenso y no exento de giros inesperados, entre ellos una caída provocada por el boxeador italiano. El veredicto final de los jueces, emitido al término del evento principal organizado por Opi2000 de Alessandro Cherchi, fue una Decisión Mayoritaria con las siguientes tarjetas oficiales: 114 a 114, 112 a 115 para Lorente y 113 a 114 para Lorente.
Bastaron tres minutos para comprender que Mauro Forte no se enfrentaba a un paseo: Lorente, aprovechando muy bien su ventaja en altura y alcance, desplegó desde el primer toque de campana un jab izquierdo martilleante y preciso, imponiendo la distancia más conveniente para él. Esta situación táctica no era del agrado de Forte, quien ya en varios combates anteriores había demostrado sentirse más cómodo actuando al contraataque, pudiendo hacer valer sus excelentes dotes de contragolpeador, en lugar de desempeñar el papel de agresor. Naturalmente, el boxeador romano no se desanimó y trató de acortar la distancia, pero Lorente era muy hábil en desviar sus intentos de asalto para luego contraatacar con golpes rápidos y precisos, llevándose así los primeros tres asaltos.
El desafío para nuestro boxeador, ya difícil de por sí, se complicó aún más debido a una fea herida que se abrió cerca del ojo derecho ya en el segundo asalto, causando una abundante salida de sangre que obstruía parcialmente su visión. Forte no perdió el ánimo y logró recuperarse a partir del cuarto asalto con una táctica efectiva pero muy desgastante: el atleta romano movía frenéticamente la cabeza y el torso para esquivar la lluvia de golpes de su oponente y luego contraatacar ocasionalmente con golpes repentinos e impredecibles.
Al inicio del sexto asalto, el combate tuvo un posible punto de inflexión. Lorente se relajó un momento de más, lanzando un jab en el centro del ring de manera perezosa sin volver a la guardia con la debida reactividad. Forte aprovechó rápidamente, cruzándolo con la izquierda y rematando con otra ráfaga de golpes que envió al boxeador español a la lona. El retador se levantó y recuperó rápidamente la lucidez, pero en el mismo asalto fue nuevamente aturdido por un gancho de derecha, arriesgando otra caída.
A pesar de haber intentado insistentemente cerrar el combate, Forte no podía excederse en sus ataques a la desesperada para no quedarse sin energías, dado que quedaban seis asaltos por disputar. En consecuencia, Lorente logró superar el momento difícil y a partir del octavo asalto retomó el control del combate desde la distancia, golpeando continuamente a su rival con su jab y cuidándose de no cometer otros errores de distracción. La ventaja del español empezó a hacerse consistente.
Un Forte extremadamente valiente puso el corazón en la décima ronda, intentando desesperadamente forzar a su oponente a un intercambio cercano. La tarea resultó particularmente ardua, también porque Lorente mostró una considerable fuerza física, logrando a menudo liberar el brazo durante los clinches para golpear a nuestro atleta en la parte posterior de la cabeza, sin provocar demasiadas reacciones por parte del árbitro, demasiado permisivo en la circunstancia. El español protagonizó un final arrollador en el undécimo asalto y también cerró mejor el último asalto, mereciendo así el veredicto de los jueces.
Para Mauro Forte, fue un doloroso revés contra un boxeador que exhibió las características perfectas para ponerlo en serias dificultades. El atleta romano puede sentirse orgulloso por la determinación con la que luchó y por haber estado cerca de lograr la victoria con una acción técnicamente admirable que mereció mejor suerte. Ahora deberá lamerse las heridas, estudiar tranquilamente la grabación del combate y regresar con más fuerza para intentar volver a la cima de Europa en un futuro próximo. Treinta años no son muchos en el boxeo contemporáneo y Forte, si sigue trabajando duro en el gimnasio, seguramente tendrá sus oportunidades de redimirse.
Enorme satisfacción, en cambio, para Cristobal Lorente, quien llegó a esta prestigiosa cita como gran desfavorecido y mostró un carácter indomable, boxeando con extrema inteligencia. El español también demostró su capacidad para recuperarse de momentos difíciles, una cualidad fundamental en el boxeo, y ahora puede mirar hacia su futuro con optimismo.