Los campeones mundiales de la categoría reina siempre han gozado de gran fama y consideración entre los aficionados. Desde los de los primeros años del siglo pasado hasta los de nuestros días, todos han sido aclamados, glorificados, a veces criticados, pero nunca olvidados. Hoy, sin embargo, queremos hablarles de los pesos pesados con talento que no lo lograron: algunos encontraron en su camino a un campeón demasiado fuerte, otros perdieron la senda del éxito en el momento decisivo por negligencia o mala suerte, y otros vivieron en tiempos oscuros en los que la discriminación racial podía frenar incluso la escalada hacia un título mundial. Hoy queremos darles también a ellos los reflectores y en este análisis les hablamos de 10 gigantes sin corona que nunca cumplieron el sueño mundial.
Sam Langford
“Rey sin corona” por excelencia y extraordinario fuera de serie de principios del siglo XX, el canadiense hizo cosas asombrosas también desde un punto de vista físico: al inicio de su carrera era un peso ligero, luego poco a poco fue ascendiendo hasta los pesados, venciendo e impresionando en todas las categorías intermedias. Ni siquiera Jack Johnson, primer campeón negro en la historia de los pesados, aceptó darle una oportunidad por el título, porque según él un combate entre púgiles de color no habría atraído público.
Harry Wills
Si hay una mancha en la carrera del gran Jack Dempsey, es la de no haber concedido nunca la oportunidad titular a la “Pantera Negra”. Wills era un boxeador potente, dotado de un físico hercúleo y gran alcance, pero para aquellos tiempos tenía un defecto: era negro. El mánager de Dempsey, Jack Kearns, rechazó todas las ofertas y su promotor Tex Rickard prefería incluso organizar las peleas del campeón en otro Estado si una comisión intentaba imponer a Wills como retador.
Elmer Ray
Este grandullón de Florida tenía una fuerza física descomunal, tanto que en su juventud había ganado popularidad luchando contra animales salvajes, incluidos cocodrilos. Sin embargo, su “poder político” no era suficiente para destacar y, a pesar de una racha de 50 victorias consecutivas, casi todas por KO, y de haber ganado una eliminatoria mundial, nunca obtuvo la ansiada oportunidad. Entre los púgiles derrotados antes de su declive figuran los fuera de serie Ezzard Charles y Jersey Joe Walcott.
Zora Folley
Llegar a la cima en la era de Sonny Liston no era precisamente un golpe de fortuna para un peso pesado. Folley tenía clase de sobra, tanta como para ganarse el respeto y la admiración de todos los expertos, pero no podía resistir el choque con una máquina de guerra como “el Oso Pardo”, que de hecho lo noqueó. Con 34 años y en declive físico, se permitió el lujo de darle una lección de boxeo a púgiles del calibre de Bob Foster y Oscar Bonavena.
Jerry Quarry
Pequeño para la categoría, poco musculado, de aire bonachón: Quarry no tenía pinta de guerrero y quizá también por eso solía ser subestimado. Sin embargo, en su mejor momento logró derrotar a dos feroces pegadores como Ron Lyle y Earnie Shavers, dominando al primero por puntos y aniquilando al segundo en un solo asalto. Desperdició la gran oportunidad de ganar el título de la WBA al perder contra Jimmy Ellis, luego Frazier y Ali le cerraron el camino hacia la gloria.
Jimmy Young
Si quieren ver espectáculo e intercambios furibundos, aléjense de sus combates: Young recurría constantemente a tácticas obstruccionistas, amarre y defensa a ultranza. Aun así, enfrentarlo era un dolor de cabeza para cualquiera: Ali le ganó sin convencer, Foreman incluso fue derrotado, mientras que Norton se impuso por un suspiro en una Split Decision. Precisamente aquel veredicto jamás digerido empujó a Young hacia un declive prematuro.
Ron Lyle
Mirada intimidante, puños explosivos y pasado de presidiario: Lyle estaba hecho para aterrorizar a quien se encontrara delante, y a pesar de haberse dedicado al boxeo muy tarde logró sacarse varias satisfacciones en el ring. Inolvidables fueron sus batallas a cuchillo con Shavers y Foreman, decepcionante en cambio su derrota mundialista contra Ali, que lo cansó y lo sacó de quicio antes de sorprenderlo e imponerle un controvertido KO técnico.
Earnie Shavers
Considerado por muchos el peso pesado más potente que jamás haya subido a un ring, Shavers podría haber derribado a un elefante con sus ganchos demoledores. Lamentablemente, a esa potencia descomunal no correspondían ni el aire, ni la técnica, ni una mandíbula de primer nivel, y precisamente esas carencias le impidieron dar el salto de calidad y atrapar el cinturón. Solo Dios sabe cómo hizo Larry Holmes para levantarse de la caída que el bueno de Earnie le infligió y revertir la situación.
Ike Ibeabuchi
Con su físico imponente, sus golpes demoledores y una mandíbula a prueba de bombas, el pegador nigeriano representaba un serio candidato al título mundial. Ya había logrado domar a David Tua en una batalla de otro tiempo y derribar a Chris Byrd cuando su cuadro psicológico empezó a deteriorarse. En lugar de ayudarlo, su entorno intentó ocultar el problema y como resultado el púgil cometió graves crímenes que pusieron fin a su carrera.
David Tua
Tua no era rapidísimo de piernas y eso permitió a algunos rivales mantenerlo a raya con planteamientos prudentes basados en movilidad y defensa; sin embargo, el pequeño pegador oceánico habría merecido un título de organismo más que muchos campeones “de ocasión”. Inolvidable su KO en apenas 19 segundos contra John Ruiz.
Menciones de honor para Sam McVea, Joe Jeannette, Tony Galento, Cleveland Williams, Henry Cooper, Oscar Bonavena, Joe Bugner, Gerry Cooney, Donovan Ruddock.