Combate Fantasía: Jimmy Young vs. Deontay Wilder

Nuestra sección dedicada a los enfrentamientos imaginarios entre boxeadores de diferentes épocas regresa hoy con un choque especial entre dos pesos pesados cuyas carreras profesionales comenzaron con aproximadamente 40 años de diferencia. Jimmy Young vs. Deontay Wilder: de un lado, el hombre que llevó a George Foreman a un retiro temporal y que peleó de tú a tú con Muhammad Ali y Ken Norton, quedándose dos veces a un paso del título mundial. Del otro, el carismático Bronze Bomber, conocido por su demoledora derecha y por sus espectaculares nocauts en la era moderna. ¿Quién habría salido vencedor?

Jimmy Young: ¿El rey sin corona más grande en la historia de los pesos pesados?

Si solo miramos los números fríos de su récord, no parece que Jimmy Young haya sido un boxeador de gran nivel: 35 victorias, 18 derrotas y 3 empates no son el currículum típico de los grandes campeones del pasado. Sin embargo, en el caso del boxeador de Filadelfia, es necesario ir más allá de las estadísticas para apreciar plenamente las cualidades de un púgil que estuvo a un paso de la gloria en dos ocasiones.

La carrera de Young se puede dividir en tres etapas: una inicial, en la que peleaba sin la experiencia ni la preparación adecuadas; una final, en la que subía al ring en pésimas condiciones físicas, sirviendo como prueba para pesos pesados en ascenso; y una intermedia, en la que ofreció su mejor versión enfrentándose de igual a igual con los mejores exponentes de la era dorada de los años 70.

El apogeo de Jimmy Young duró poco, apenas cuatro años (1974-1977), pero durante ese tiempo demostró reflejos, defensa, reactividad y un sentido del tiempo dignos de un superclase del cuadrilátero. Tanto es así que muchos expertos lo consideran el mejor peso pesado de la historia que nunca ganó un título mundial.

Deontay Wilder: ¿Leyenda o sobrevalorado? Las dos visiones sobre el Bronze Bomber

Desde hace años, Deontay Wilder genera reacciones y opiniones muy polarizadas entre los aficionados, analistas y expertos del boxeo. Por un lado, están quienes lo ven como un gran fraude mediático, capaz de mantenerse en la cima de la categoría reina solo debido al nivel mediocre de sus rivales, antes de ser desenmascarado por las contundentes derrotas sufridas en los últimos años. Por otro lado, están quienes lo consideran uno de los pesos pesados más letales de todos los tiempos, atribuyendo su reciente declive al envejecimiento, que le habría privado de sus mejores cualidades.

La verdad, como suele ocurrir, probablemente se encuentra en un punto medio: Wilder efectivamente construyó un currículum algo pobre en términos de calidad de oponentes, pero su derecha, cuando estaba en la cima de su forma, era un arma mortal contra la que incluso un gran rival tendría que estar siempre alerta. Al fin y al cabo, si Tyson Fury, uno de los mejores exponentes de la era actual, terminó en la lona cuatro veces en tres combates, algo especial debe tener el poder del norteamericano.

Jimmy Young vs. Deontay Wilder: ¡El combate imaginario!

Categoría: pesos pesados. Rondas previstas: 12.

A lo largo de su carrera, Deontay Wilder no siempre abordó los combates de la misma manera. En ocasiones, como en su primera pelea contra Tyson Fury o contra Dominic Breazeale, el boxeador estadounidense atacó con vehemencia desde el primer campanazo, intentando imponer el ritmo y construir sus oportunidades a base de golpes para conectar su definitivo derechazo. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, Wilder prefirió adoptar un enfoque más paciente, moviéndose con cautela sobre el ring para “cazar” a su rival e inducirlo a cometer un error fatal.

Si el Bronze Bomber hubiera optado por esta estrategia contra un boxeador como Jimmy Young, los primeros asaltos del combate probablemente habrían transcurrido en un tedioso intercambio de precauciones. Young también era un atleta muy reflexivo, acostumbrado a estudiar los movimientos de su rival antes de arriesgarse. Ante un Wilder cauteloso, probablemente habría hecho lo mínimo necesario para captar la atención de los jueces.

A pesar de su desventaja en altura y alcance, es muy probable que el boxeador de Filadelfia se hubiera llevado en las tarjetas esos primeros asaltos poco emocionantes. Es cierto que cuando Wilder ganó su primer título mundial contra Bermane Stiverne, mostró cierta eficacia boxeando a distancia. Pero no hay que olvidar que Stiverne fue uno de los campeones más estáticos de la historia de los pesos pesados y que, tras ese combate, se le diagnosticó rabdomiolisis, lo que sugiere que no estaba en su mejor forma.

En el resto de sus combates profesionales, Wilder obtuvo resultados bastante modestos cuando intentó confiar en su jab y en el movimiento de piernas para mantener el ritmo bajo, llegando incluso a perder asaltos contra rivales mediocres. Un ejemplo emblemático fue la revancha contra el cubano Luis Ortiz, en la que Wilder, al intentar “adormecer” la pelea y limitar los intercambios, llegó al ecuador del combate en desventaja en las tarjetas, incluso frente a un rival de 40 años claramente en declive.

Con una ventaja técnica considerable, Young habría utilizado su astucia y reactividad para acercarse y conectar las únicas combinaciones relevantes, pasando el resto del tiempo fuera del alcance de los golpes largos de Wilder.

Conforme avanzaran los minutos, el equipo de Wilder habría tomado conciencia de la situación desfavorable en las tarjetas y lo habría instado a aumentar su ritmo y presionar más para cambiar la dinámica del combate. Sin embargo, este cambio de estrategia habría marcado probablemente el inicio del fin para el Bronze Bomber.

Cuando Wilder se ha visto obligado a tomar la iniciativa y atacar con decisión, ha mostrado al mundo un déficit de coordinación y compostura pocas veces visto en la élite del boxeo. Desde su desequilibrio constante, hasta la inclinación hacia adelante de su torso y los amplios arcos de algunos de sus golpes, el estadounidense ha sido en varias ocasiones el ejemplo de lo que un boxeador no debe hacer en el ring. A menudo logró salir airoso, a pesar de estos errores, solo debido a la incapacidad de sus rivales de capitalizarlos.

Jimmy Young, en su breve apogeo, fue un auténtico maestro en neutralizar y domar a los pegadores desordenados y agresivos. Empató contra Earnie Shavers en un combate que la gran mayoría de los presentes creyeron que ganó, derrotó dos veces de manera clara al temible Ron Lyle y también venció al enorme George Foreman, incluso derribándolo. Por tanto, parece altamente improbable que Wilder hubiera podido sorprenderlo y arrasarlo con ataques desordenados.

Jimmy habría manejado la tormenta con facilidad, haciendo fallar una enorme cantidad de golpes, frustrando a su rival y obligándolo a abrirse cada vez más en su desesperado intento por cambiar el curso de la pelea. En ese punto, en el último tercio del combate, Young probablemente habría comenzado a aprovechar los huecos para conectar sus mejores golpes.

Aunque Young carecía de gran poder, como lo demuestra su modesto porcentaje de nocauts, sería un error pensar que tenía “manos de algodón”. Sus victorias por decisión se debían más a su estilo conservador y a su falta de instinto asesino que a una incapacidad para lastimar a sus oponentes.

La combinación de los defectos defensivos de Wilder y el excelente sentido del tiempo de Young lleva a pensar que el boxeador de los años 70 habría logrado aturdir a su rival, dejándolo confuso y tambaleante, lo que habría reducido drásticamente su producción ofensiva.

Wilder ha demostrado en varias ocasiones tener un gran corazón, y es plausible que hubiera permanecido estoicamente de pie hasta la campana final, especialmente considerando que Young no solía arriesgarse innecesariamente.

Pronóstico Fantasía: Jimmy Young habría acumulado ventaja en las tarjetas durante una primera mitad del combate bastante aburrida, gracias a su superioridad técnica y su astucia. Wilder habría aumentado su agresividad tras el ecuador de la pelea, pero habría fallado repetidamente, dejando huecos que Young habría aprovechado para sacudirlo o incluso derribarlo. A partir de ahí, el de Filadelfia habría gestionado tranquilamente los minutos restantes. Resultado: Jimmy Young vence a Deontay Wilder por decisión unánime con amplias diferencias en las tarjetas.

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