En la esperadísima noche de Miami, en el Kaseya Center, MVP Promotion organizó un enorme evento en directo por Netflix, encabezado por el muy comentado combate entre Anthony Joshua y Jake Paul, que generó un gran “hype” alrededor de la velada. En el combate de respaldo estuvo la representante italiana Camilla Panatta (8-2-1), que intentó el asalto al cinturón WBC del peso ligero frente a Caroline Dubois (11-0-1).
Ambas zurdas, Panatta, tras un largo recorrido boxístico en México, finalmente encontró la oportunidad de su vida, mientras que en la esquina opuesta estaba la campeona reinante, hermana de Daniel “Dynamite” Dubois, también ex campeón mundial.
Las casas de apuestas daban como no favorita a Camilla, y al final Dubois confirmó su condición de campeona imponiéndose por decisión unánime (99-90 para los tres jueces). Aun así, Panatta luchó con valentía durante los diez asaltos y merece solo aplausos.
El combate fue muy intenso desde el inicio: ambas boxeadoras se buscaron de inmediato, intentando fijar la distancia sin fase de estudio. Se notó la enorme experiencia de la campeona, pero la italiana estuvo muy concentrada y decidida a hacer su pelea.
En el segundo asalto, Dubois comenzó a conectar golpes precisos, mientras Camilla trataba de moverse bien de piernas para no sufrir el pressing de su rival.
En el tercer round aumentaron los intercambios. Dubois fue una francotiradora con el directo de izquierda, pero Panatta se mantuvo enfocada e intentó responder al instante. La campeona, sin embargo, se mostró tranquila y empezó a dominar, exhibiendo su repertorio.
En el cuarto asalto, Dubois lanzó combinaciones imprevisibles que Panatta absorbió, pero sin encontrar el timing adecuado para contragolpear. El movimiento de cintura de la inglesa resultó difícil de manejar.
En el quinto round cambió la actitud de la italiana. Evidentemente por detrás en las tarjetas, Camilla avanzó y golpeó. Entraron uppercuts y ganchos de derecha, con la mano adelantada muy activa: un buen asalto para Panatta.
También en el sexto, el gancho de derecha fue un arma eficaz para Camilla, pero Dubois pareció un auténtico robot, continuando con su boxeo preciso y más experimentado. Hacia el final del asalto, derribó a la retadora con un gancho de derecha surgido de la nada, rapidísimo y quirúrgico, directo al mentón.
Camilla se levantó y sonó la campana, lo que le permitió recuperarse.
Se recuperó muy bien y siguió intercambiando sin complejos, mientras Dubois, con su timing, seguía sumando asaltos, entre ellos el séptimo y el octavo, donde conectó aún más golpes.
En el noveno asalto, Panatta logró acortar la distancia con el directo de izquierda y conectar, pero también asumió algunos riesgos, ya que Dubois siempre estaba lista para responder con eficacia.
En el último round, la italiana se lanzó al ataque final, pero no consiguió cambiar el rumbo del combate ni evitar la derrota a los puntos. El 99-90 dictado por los tres jueces selló una victoria merecida para Dubois, que retuvo el cinturón, y una prueba de carácter increíble por parte de Panatta.
La vi subir al ring emocionada: fue una gran experiencia para ella, una enorme oportunidad frente a una gran rival, en un escenario gigantesco. A pesar de darse cuenta rápidamente del nivel de Dubois y de la dificultad de la empresa, Camilla no se rindió ni un segundo, se levantó y luchó cada centímetro del cuadrilátero. No podemos más que felicitarla y desearle otra oportunidad al otro lado del océano.