Apenas hubo tiempo para entrar en ritmo antes de que el público del Dickies Arena de Fort Worth (Texas) comenzara a dirigirse a la salida. Vergil Ortiz Jr no quiso prolongar el espectáculo más de lo necesario y noqueó en solo dos asaltos a su compatriota Erickson “The Hammer” Lubin, defendiendo con éxito su título interino del peso superwélter del WBC. Al finalizar el brevísimo combate, evento principal de la velada organizada por Golden Boy Promotions, Ortiz llamó al ring al invicto contendiente Jaron Ennis para un cara a cara que hace presagiar un inminente duelo lleno de emociones.
Pocas emociones en el primer asalto entre Ortiz y Lubin. Tal como habíamos pronosticado en nuestro análisis previo, “The Hammer” optó por un enfoque cauteloso, moviéndose con precaución alrededor del peligroso rival y utilizando sus directos para controlar la distancia.
Ortiz se mostró paciente, avanzando con pasos cortos, protegido por su característica guardia alta, y conectando pocos pero certeros golpes en el momento adecuado, suficientes para llevarse el asalto con claridad.
Aunque no parecía tener prisa por aumentar el ritmo, el texano no dejó pasar la oportunidad de lanzarse sobre su oponente cuando este, durante el segundo asalto, quedó visiblemente conmocionado por un gancho de izquierda a la sien y atrapado contra las cuerdas.
Ortiz olió la oportunidad del nocaut y comenzó a bombardear con golpes a un rival claramente en apuros, que apenas se limitaba a cubrirse el rostro con los brazos sin ofrecer respuesta alguna.
Varios ganchos de derecha consecutivos a la cabeza dejaron completamente aturdido a Lubin, quien fue salvado por la intervención oportuna del árbitro cuando ya estaba prácticamente noqueado de pie y corría riesgo de sufrir daños serios.
Aunque esperaba una pelea algo más larga, no me sorprende la facilidad con la que Ortiz superó esta prueba. Lubin no contaba con las herramientas físicas ni técnicas necesarias para detener su avance, por lo que era inevitable que tarde o temprano cayera ante el poder demoledor del invicto texano.
En primera fila presenciaba la pelea otra gran estrella de la división superwélter, el talentoso Jaron “Boots” Ennis, quien, tras aplaudir el nocaut de Ortiz, señaló su muñeca frente a las cámaras, como queriendo decir que el tiempo de Ortiz está por terminar.
Durante la entrevista posterior al combate, Ortiz llamó a Ennis al ring para un apretón de manos y un cara a cara que entusiasma a quienes desean ver en el futuro próximo una batalla entre ambos. Aunque ninguno de los dos posee actualmente un cinturón mundial, se trataría de un enfrentamiento fascinante y de altísimo nivel técnico. Teniendo en cuenta las características de Ortiz y Ennis, el espectáculo estaría más que garantizado.
