Por primera vez en la historia, dos irlandeses se enfrentaron por un título mundial, y sucedió en el Windsor Park de Belfast, por el cinturón vacante de peso wélter de la IBF que dejó Ennis. Paddy Donovan “The Real Deal” llegó con un récord de 14 victorias (11 KO) y 1 derrota, mientras que Lewis Crocker estaba invicto con 21 triunfos (11 KO). La velada, organizada por Matchroom Boxing, terminó con victoria de Crocker por decisión dividida (114-112 y 114-113 a su favor, y 115-111 para Donovan).
El estadio estaba lleno, con una atmósfera vibrante. Donovan entró al ritmo de Zombie de The Cranberries, mientras que Crocker tuvo una salida triunfal con Sweet Caroline, cambiando por completo la energía de la noche. Sin duda, un evento histórico entre compatriotas. Crocker se mostró más relajado que Donovan, y teniendo en cuenta que ganó su primer enfrentamiento, esta debía ser la revancha de Donovan.
Suena la campana del combate estelar y ambos protagonizan un asalto inicial muy tenso y cauteloso, de puro estudio, sin acciones concretas.
En el segundo, Crocker intentó con su mano adelantada frenar el jab de Donovan para que no pudiera medir la distancia, moviéndose constantemente. Donovan buscó presionar, pero con mucha cautela. Pelea de mucha táctica, pocos golpes, parecía más una partida de ajedrez que una batalla irlandesa.
En el tercer asalto llegó lo esperado: Donovan avanzó, pero Crocker lo sorprendió con un gancho de izquierda al salir de las cuerdas, derribándolo.
A mitad del cuarto, ambos conectaron simultáneamente y tambalearon. Segundos después, Crocker volvió a encontrar a su rival con otro gancho de izquierda. Fue un asalto duro que encendió la pelea.
En el quinto, aumentó el ritmo: más intercambios de golpes, más intensidad. Al final de la ronda, Donovan volvió a besar la lona, otra vez por un gancho de izquierda de Crocker.
En el sexto, Donovan, consciente de que estaba abajo en las tarjetas, salió a atacar, aunque cuidándose mucho de los contragolpes. Esa estrategia la mantuvo también en el séptimo y octavo, probablemente ganándolos gracias a la presión inteligente y a un mejor uso de la posición del pie delantero, que le permitió encontrar el tiempo y espacio que el jab y el movimiento lateral de Crocker le estaban negando.
En el noveno, Crocker volvió a marcar con su gancho de izquierda, pero fue otra ronda de estudio. Donovan parecía imponer su ritmo y estilo, muy bien guiado por las indicaciones de su esquina.
El décimo fue más animado, con intercambios de ganchos y uppercuts de ambos lados. La cercanía del final y la importancia histórica del derbi mundial elevaron la intensidad.
En el undécimo, la tendencia cambió: si al principio Crocker parecía más fuerte, ahora la frialdad y la preparación física de Donovan se hicieron notar.
El duodécimo y último asalto fue el más activo del combate: por fin un cara a cara auténtico. Crocker conectó golpes duros, Donovan mantuvo su ritmo, y todo quedó en manos de los jueces.
En conclusión, esperaba más de un derbi irlandés por un título, y más aún en Belfast. La pelea fue muy táctica: Donovan sufrió mucho al inicio con los contragolpes que lo hicieron tambalear, pero se recuperó con gran carácter y ajustó el ritmo, aunque no le alcanzó en las tarjetas.
La atmósfera fue fantástica, el contexto muy atractivo, pero siendo un cinturón IBF vacante tras un campeón de nivel estelar, queda la duda: ¿puede Crocker competir contra los mejores wélters del otro lado del océano? Me cuesta creerlo, pero espero que me lo demuestre cuando llegue su oportunidad.