Se esperaba un enfrentamiento intenso y equilibrado, pero lo que ocurrió fue un dominio absoluto. La pelea por el título Interino del WBC en el peso mosca, celebrada anoche en la Resorts World Arena de Birmingham, terminó tras seis asaltos completamente a favor de Galal Yafai, quien aplastó a un irreconocible Sunny Edwards. Tras la dolorosa derrota, el boxeador de 28 años anunció su retiro del boxeo profesional.
Antes del combate, habíamos señalado que ambos pugilistas necesitarían imponer su propio estilo para ganar, pero nadie esperaba que la pelea se desarrollara enteramente bajo los términos de Yafai desde el inicio hasta el final. Desde la primera campanada, el ex campeón olímpico se lanzó sobre su oponente, protagonizando una batalla cuerpo a cuerpo llena de intercambios duros.
Si bien era predecible que Yafai intentara convertir la pelea en una guerra, el enfoque de Edwards resultó mucho más sorprendente. En lugar de confiar en su reconocida movilidad para desorientar a su rival y dificultarle los intercambios, el inglés permanecía estático, dejando al descubierto su falta de potencia y capacidad física.
La desconcierto entre los aficionados de Edwards alcanzó su punto máximo cuando, al finalizar el segundo asalto, el boxeador regresó a su esquina y dijo claramente: «Para ser honesto, no quiero estar aquí». Una frase captada por las cámaras que sugería una total resignación del atleta inglés.
Naturalmente, Galal Yafai no mostró piedad alguna por su vacilante rival y continuó atacándolo sin descanso. Es cierto que sus golpes no siempre eran técnicamente perfectos y su defensa no era impenetrable, pero frente a un Edwards completamente inofensivo e incapaz de contrarrestar las embestidas caóticas e incesantes de Yafai, el campeón olímpico de Tokio 2020 parecía una auténtica apisonadora.
A partir del cuarto asalto, Sunny Edwards, cada vez más inclinado a quedarse contra las cuerdas, comenzó a perder coordinación y eficacia en sus contragolpes. «Showtime» reaccionaba con retraso, fallaba golpes y se desequilibraba con frecuencia, para luego volver a sufrir el constante acoso de Yafai.
Cuando incluso las esporádicas reacciones de orgullo de Edwards desaparecieron y el ex campeón mundial se mantuvo en defensa pasiva durante varios segundos en el sexto asalto, el árbitro Lee Every detuvo compasivamente la pelea, decretando el KO técnico. Aunque Yafai no había conectado golpes particularmente devastadores en los momentos finales, el combate se había vuelto tan unilateral que la decisión del árbitro parecía comprensible.
Hay dos posibles interpretaciones de lo que vimos sobre el ring de la Resorts World Arena de Birmingham. Por un lado, se podría argumentar que la derrota de Sunny Edwards contra Jesse Rodríguez rompió algo en la psique, el espíritu y el cuerpo del boxeador inglés. Aquella noche, «Showtime» dio todo de sí, logró aguantar durante varios asaltos a un rival de élite, pero recibió golpes muy duros. Es plausible que esa derrota le haya robado toda motivación para prepararse al máximo.
Por otro lado, los seguidores del boxeo recordarán la célebre frase del periodista de HBO Larry Merchant cuando Donovan Ruddock, en contra de las expectativas de las apuestas, fue aniquilado en dos asaltos por Lennox Lewis en 1992: «Dije que no confío en un boxeador cuyos mayores logros son dos derrotas». La fama de Ruddock se debía principalmente a haberse enfrentado con dignidad a Mike Tyson en dos ocasiones, lo que llevó a muchos a sobrevalorarlo simplemente porque no había sido aplastado por «Iron Mike».
¿Qué tiene que ver este anécdota con Sunny Edwards? Pues bien, antes de su emocionante pelea contra Rodríguez, Edwards había acumulado muchas victorias contra buenos oponentes, pero nunca había sido puesto a prueba por un campeón de primer nivel. Tal vez su valiente resistencia contra «Bam» llevó a muchos, incluyéndome a mí, a sobreestimar ligeramente las cualidades reales del inglés.
La verdad probablemente esté en un punto intermedio: la explosiva fisicalidad, el ritmo frenético y la ferocidad competitiva de Galal Yafai habrían sido un reto difícil para cualquier versión de Sunny Edwards. Sin embargo, el boxeador que subió al ring anoche parecía una sombra de sí mismo. Solo nos queda desearle lo mejor para el futuro: dadas sus habilidades de comunicación, su perspicacia y su comprensión del boxeo, estamos convencidos de que puede tener un futuro brillante en este deporte, incluso fuera del ring.
Por su parte, Galal Yafai ha escrito un capítulo muy importante en su carrera y parece listo para afrontar desafíos aún mayores. Un enfrentamiento contra el campeón mundial del WBC, el japonés Kenshiro Teraji, podría estar en el horizonte, una oportunidad que, sin duda, sería más que merecida.