Ya les hemos contado en detalle lo que ocurrió en el evento principal de la velada en Riad titulada The Last Crescendo y también hemos hablado de las dos breves batallas entre pesos pesados. Ahora es el momento de resumir la dinámica de los otros cuatro combates que completaron la fantástica cartelera de anoche: Buatsi vs. Smith, Ortiz vs. Madrimov, Stevenson vs. Padley y Adames vs. Sheeraz.
Joshua Buatsi vs. Callum Smith – Título Interino WBO del peso semipesado
Habría que hacer un análisis exhaustivo para determinar de qué material están hechos la cabeza y el cuerpo de Joshua Buatsi, porque la cantidad de golpes brutales que recibió sin inmutarse anoche habría sido suficiente para derribar a un elefante. Sin embargo, el duro púgil de origen ghanés se mantuvo estoico y buscó la victoria hasta el final, aunque sin éxito.
Callum Smith fue claramente superior en la primera mitad del combate gracias a su mayor precisión y continuidad en el ataque, además de demostrar una condición física excepcional. La segunda mitad fue más equilibrada, con Buatsi confiando más en su jab y logrando poner a su rival en aprietos en algunas fases, aunque sin dar nunca la impresión de poder cambiar el destino de la pelea.
Puntuaciones oficiales: 113-115, 112-116, 109-119 – Smith gana por decisión unánime.
Nuestra tarjeta: 111-117.
Vergil Ortiz Jr vs. Israil Madrimov – Título Interino WBC del peso superwélter
Madrimov comenzó la pelea a su manera, moviéndose con la agilidad y rapidez de una anguila y cambiando de dirección constantemente para desconcertar a su oponente. Sin embargo, Ortiz no cayó en la trampa y no perdió la paciencia, manteniendo una guardia cerrada y aplicando una presión calculada.
A medida que avanzaban los asaltos, el pegador estadounidense aumentó gradualmente la intensidad, encontrando el blanco sobre todo al cuerpo y obligando a Madrimov a gastar muchísima energía para evitar la corta distancia. Después de ser literalmente castigado en el terrible noveno asalto, Madrimov recurrió a su experiencia y astucia (incluyendo algunos empujones con el hombro y codazos) para no caer en los últimos rounds, pero sin duda no hizo lo suficiente en ataque para ganar.
Puntuaciones oficiales: 115-113, 115-113, 117-111 – Ortiz gana por decisión unánime.
Nuestra tarjeta: 117-111.
Carlos Adames vs. Hamzah Sheeraz – Título Mundial WBC del peso mediano
Sheeraz tuvo un inicio relativamente positivo, pero pareció demasiado preocupado por mantenerse lejos de su rival, hasta el punto de recorrer kilómetros en círculos mientras lanzaba repetidamente su jab izquierdo. En los primeros cuatro asaltos, Adames se limitó a ejercer una presión moderada sin arriesgarse al ataque frontal, pero al notar la poca iniciativa de su adversario, decidió pisar el acelerador.
A partir del quinto asalto, el dominicano entró de lleno en la pelea, acortando la distancia con gran destreza y moviendo frenéticamente la cabeza y el torso para impedir que Sheeraz conectara sus contragolpes. El inglés se mostró extremadamente incómodo al intentar encontrar un blanco tan móvil, hasta el punto de quedar completamente bloqueado en varios momentos, recibiendo castigo sin responder. Minuto a minuto, Adames construyó una ventaja sólida que debería haberse reflejado en las tarjetas.
Puntuaciones oficiales: 114-115, 118-110, 114-114 – EMPATE.
Nuestra tarjeta: 116-112.
Shakur Stevenson vs. Josh Padley – Título Mundial WBC del peso ligero
Ni siquiera los detractores más acérrimos del campeón mundial del peso ligero del WBC, Shakur Stevenson, creían que Josh Padley—quien aceptó la pelea con poca antelación tras la baja de Floyd Schofield y después de haber trabajado como electricista ese mismo día—pudiera dar la sorpresa.
Y, efectivamente, Stevenson tuvo un combate sin sobresaltos, ganando todos los asaltos y permitiéndose el lujo de aceptar la pelea en corta distancia mucho más de lo habitual. Padley puso todo su corazón y esfuerzo, pero sin una pegada realmente peligrosa y siendo muy inferior a su rival en todos los aspectos del boxeo, no logró generar ningún tipo de peligro y fue desmantelado poco a poco con el paso de los asaltos. En el noveno asalto llegó el desenlace inevitable: tres caídas consecutivas, todas provocadas por golpes al cuerpo.