En el evento principal celebrado en el Centre Videotron de Quebec City, Canadá, el francés Christian «Solide» Mbilli (28-0-0, 23 KO) superó claramente a los puntos al ucraniano Sergiy «The Technician» Derevyanchenko (15-6-0, 10 KO), defendiendo con éxito su título WBC Continental Americas de los supermedianos. Fue una actuación dominante del pegador nacido en Camerún, facilitada por una lesión que obligó a su oponente a minimizar el uso de su brazo izquierdo en la segunda mitad de la pelea. Las tarjetas de los jueces al final del combate fueron: 100 a 90, 99 a 91 y 98 a 92, todas a favor de Mbilli.
Desde el primer tañido de la campana, Derevyanchenko demostró ser consciente de la potencia y peligrosidad de su rival, aceptando de buena gana el papel inusual de «outfighter» y moviéndose rápidamente a lo largo de las cuerdas. Sin embargo, la mayor técnica del boxeador ucraniano no fue suficiente para desactivar la brutal potencia de Mbilli en la primera fase de la pelea: el francés se llevó los primeros tres asaltos gracias a la mayor contundencia de sus golpes, llegando incluso a tambalear a Derevyanchenko con un terrible gancho de derecha en el segundo asalto.
Para frenar el buen momento de su rival, The Technician tuvo que recurrir a todo su repertorio, realizando un sensacional cuarto asalto con desplazamientos constantes, esquivas y rápidas contras. Un pequeño logro pugilístico que, sin embargo, se logró con un enorme gasto de energía, algo imposible de mantener por mucho tiempo, especialmente para un boxeador de 39 años como el ucraniano.
De hecho, Mbilli volvió a encontrar los huecos necesarios para continuar su trabajo de demolición a partir del siguiente asalto y en el sexto se desató por completo, poniendo a prueba la resistencia física de Derevyanchenko. Como si esto fuera poco, otro infortunio cayó sobre el desafortunado boxeador ucraniano, quien al final del asalto volvió a su esquina agitando la mano izquierda, dando señales claras de una posible lesión.
Esta impresión se confirmó por lo que se vio a partir de entonces: Derevyanchenko comenzó a usar casi exclusivamente su brazo derecho y en ocasiones adoptó una guardia de zurdo para poder conectar su jab con la única mano sana que le quedaba. A pesar de esta desventaja, el veterano del ring logró increíblemente conectar un sólido derechazo en el séptimo asalto, cruzándolo de manera magistral, pero Mbilli, aunque se quedó inmóvil por unos segundos y tuvo que soportar algunos golpes más en rápida sucesión, recuperó la compostura y volvió a tomar el control de las operaciones.
Los últimos asaltos fueron de gran sufrimiento para The Technician, quien, sin embargo, logró resistir estoicamente y llegar a la campana final sin caer, tomándose incluso el lujo de cerrar el combate al ataque. No obstante, no hubo dudas sobre el resultado final: en opinión de quien escribe, el ucraniano solo ganó el cuarto asalto.
Esta pelea no aportó mucho sobre lo que ya sabíamos de los dos boxeadores involucrados. En particular, se confirmaron las virtudes y defectos de Christian Mbilli, extraordinariamente dotado físicamente pero aún incompleto técnicamente, y se confirmó la colosal mala suerte de Derevyanchenko, un boxeador que merecía obtener mejores resultados en su carrera, pero que una vez más fue castigado por la mala fortuna, viéndose con un brazo fuera de combate en el momento crucial de la pelea.