El público local del The Star en Sídney, Australia, no fue suficiente para que el retador Andrei Mikhailovich lograra la hazaña: el campeón mundial de peso medio de la IBF, Zhanibek Alimkhanuly, dominó el combate, cerrándolo por KO técnico en el transcurso del noveno asalto. Mikhailovich mostró gran coraje, pero como muchos habían pronosticado en la previa, se reveló técnicamente inadecuado para preocupar al campeón.
Los días anteriores al combate estuvieron marcados por una serie de rumores según los cuales Alimkhanuly estaba subestimando a su oponente, llegando a Australia solo el miércoles, apenas dos días antes del combate. Algunos fantasearon con la posibilidad de que se repitiera el caso de Teofimo López vs George Kambosos Jr., una pelea que ganó el australiano Kambosos contra todo pronóstico, aprovechando el mal estado físico de su rival.
A añadir dudas sobre el estado psicofísico de Alimkhanuly estaba el tema del peso: el púgil kazajo se había visto obligado a posponer esta defensa del título, habiéndose desmayado en el intento de eliminar los últimos gramos para mantenerse dentro de las 160 libras en el mes de julio, tanto que muchos esperaban su salto a la categoría de los supermedianos.
Todas estas incógnitas se demostraron infundadas a la hora de la verdad, ya que el encuentro celebrado en The Star de Sídney fue completamente unilateral. Mikhailovich estuvo en la pelea solo durante un asalto, logrando conectar algunos golpes dignos de mención justo antes del final del primer round, antes de caer en picada.
Durante el segundo asalto, Alimkhanuly lo aturdió con un par de uno-dos de excelente factura y luego lo desestabilizó aún más con una serie de terribles uppercuts al mentón. Un retador cada vez más inestable finalmente fue derribado poco antes de la campana con un gancho de izquierda, dejando la sensación en los espectadores de que la pelea estaba a punto de concluir.
En realidad, Mikhailovich logró prolongar considerablemente las hostilidades adoptando, a partir del tercer asalto, una estrategia de pura supervivencia. El australiano se lanzaba constantemente hacia adelante para anular la distancia e impedir que Alimkhanuly ejecutara sus golpes, recurriendo con frecuencia al clinch.
El campeón nunca dio la impresión de tener prisa por cerrar el combate, limitándose a conectar los pocos golpes necesarios para adjudicarse los asaltos cuando lograba liberar sus brazos de los constantes agarres de lucha a los que estaba sometido. El kazajo pareció menos móvil sobre sus piernas que de costumbre, pero no lo pagó, ya que los pocos golpes que Mikhailovich lograba conectar carecían de potencia y eran inofensivos.
La pelea se arrastró lentamente hasta el noveno asalto, con rondas que se sucedían como una copia sin grandes momentos destacados, salvo un gancho de derecha de Alimkhanuly que dio la impresión de causar daño en las fases finales del octavo round.
El desenlace anticipado de un combate que ya no tenía nada más que ofrecer finalmente llegó en el noveno asalto, cuando un preciso izquierdazo del campeón hizo que las piernas de Mikhailovich se doblaran violentamente, lo que llevó al árbitro Katsuhiko Nakamura a decretar el KO técnico.
Una victoria clara y nunca en duda para Alimkhanuly, quien reafirmó su posición como el actual número uno de la categoría de peso medio. Ahora se espera que puedan comenzar las negociaciones entre el boxeador kazajo y el gigantesco pegador inglés Hamzah Sheeraz, un combate en la cumbre que los aficionados al boxeo seguirían con gran expectación.