Los fanáticos del boxeo la han esperado durante un año: el tan ansiado combate de revancha entre Rafael Espinoza y Robeisy Ramírez está finalmente aquí. Los dos se enfrentarán este sábado en el Footprint Center de Phoenix, en el marco del evento organizado por Top Rank de Bob Arum. En juego estará el título mundial de peso pluma de la OMB, actualmente en manos de Espinoza. El espectacular primer combate, que tuvo lugar el 9 de diciembre del año pasado, terminó con una emocionante victoria por puntos para el púgil mexicano.
Rafael Espinoza: ¿el heredero de Diego Corrales?
Un gigante entre niños: esta es la impresión que da Rafael Espinoza cuando sube al ring. Con sus 185 centímetros de altura, el mexicano supera ampliamente a otros pesos pluma de nivel mundial. Sin embargo, a pesar de su complexión esbelta, su estilo de boxeo no se centra en mantener a sus oponentes a distancia. Al contrario, Espinoza prefiere pelear en la corta distancia, atacando sin tregua el cuerpo y la cabeza como un verdadero destructor. En este sentido, recuerda al fallecido Diego Corrales, quien también tenía una estatura por encima de la media y una inclinación innata por el combate cuerpo a cuerpo. Quizás «Chico» tenía golpes más secos y explosivos, mientras que Espinoza apuesta más por sofocar a su oponente con una lluvia continua de golpes. Los resultados hablan por sí mismos: de las 25 victorias de «El Divino», 21 han sido antes del final del combate, lo que demuestra su notable peligrosidad.
Robeisy Ramírez: entre la gloria y el abismo
La carrera del bicampeón olímpico cubano ha sido una montaña rusa. Cuando ganó su segunda medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 al derrotar al estadounidense Shakur Stevenson, muchos lo consideraron un prodigio destinado a triunfar entre los profesionales. Sin embargo, su debut profesional fue desastroso: Ramírez fue derribado en el primer asalto por el modesto Adán González y perdió por puntos en un combate de cuatro asaltos, dejando al público en estado de shock. Según rumores, el cubano habría descuidado sus entrenamientos, pagando caro su exceso de confianza. Esa lección, sin embargo, resultó ser valiosa: el bicampeón olímpico dejó atrás esa derrota inicial y acumuló 13 victorias consecutivas, coronándose campeón mundial. Justo cuando todo parecía ir viento en popa y ya se hablaba de un combate épico contra Naoya Inoue, apareció Rafael Espinoza para arruinar sus planes.
Rafael Espinoza vs. Robeisy Ramírez 2: ¿Qué pasará? ¡La predicción de Boxe Punch!
Hacer un pronóstico sobre lo que ocurrirá este sábado en el Footprint Center inevitablemente requiere recordar las dinámicas de su primer enfrentamiento hace un año. Fue un combate impresionante, lleno de emoción y giros inesperados, que dejó algunos interrogantes abiertos.
Espinoza comenzó muy bien, imponiéndose claramente en los primeros cuatro asaltos gracias a su agresividad, su volumen de trabajo y el impacto de sus golpes. Ramírez intentaba aprovechar su técnica, pero su producción ofensiva era demasiado limitada. Aunque lograba evitar y desviar algunos de los golpes de Espinoza, el cubano parecía incómodo ante la presión constante del mexicano.
Entonces, en el quinto asalto, un gancho de derecha fulminante de Ramírez cambió el curso de la pelea. Espinoza cayó como fulminado y, al intentar levantarse, se desplomó contra las cuerdas, una situación en la que muchos árbitros habrían detenido el combate. Increíblemente, el mexicano logró continuar, soportando golpes brutales durante los siguientes tres asaltos antes de protagonizar un emocionante final que le valió la victoria.
La gran pregunta sobre ese sublime combate, de cara a la inminente revancha, es qué ocurrió exactamente entre el sexto y el octavo asalto. Durante esos nueve minutos, Ramírez mostró lo mejor de su repertorio, bombardeando a Espinoza desde todas las direcciones y deslumbrando al público con la precisión y limpieza de sus combinaciones. Hay dos posibles interpretaciones de esa fase, ambas plausibles.
La primera teoría es que el momento favorable de Ramírez se debió en gran parte al estado confuso en el que se encontraba Espinoza tras la caída. El mexicano pudo haber necesitado varios asaltos para recuperar completamente la claridad y reestablecer su dominio.
La segunda hipótesis sugiere que Ramírez, cuya ética de trabajo ha sido cuestionada en el pasado, llegó al combate en condiciones físicas imperfectas. En ese caso, el ritmo lento que mantuvo el cubano en la primera parte del combate sería una estrategia para gestionar sus limitadas energías. El «verdadero» Ramírez, que brilló entre el quinto y el octavo asalto, pudo haber desaparecido una vez que se quedó sin gasolina, dejando nuevamente el campo libre para su rival.
Es evidente que, si la primera hipótesis es cierta, Espinoza estaría bien posicionado para lograr otra victoria. Aunque Ramírez podría conectar otro golpe decisivo en los 12 asaltos, si el mexicano logró sobrevivir al mejor golpe del cubano y dominó dos tercios del combate, el pronóstico debería inclinarse a favor de «El Divino».
Por el contrario, si se confirma que Ramírez subestimó el desafío y llegó menos preparado de lo debido, el título mundial podría volver a sus manos. Si el cubano logra replicar durante más asaltos lo que mostró en una fracción limitada del combate anterior, aplicando toda su potencia de manera constante, para Espinoza sería costoso y complicado mantener su ataque incesante.
Personalmente, estoy inclinado a darle al bicampeón olímpico el beneficio de la duda. Quizás mis preferencias estilísticas me influencian, ya que admiro profundamente la forma de boxear de Ramírez desde sus días como amateur, pero tengo el presentimiento de que el cubano llegará en perfectas condiciones y, aunque sufrirá en algunos momentos ante la presión de Espinoza, recuperará el título mundial con una actuación de alto nivel.
Mi predicción es una victoria por puntos, ajustada, para Robeisy Ramírez.