Este sábado, en el Centre Videotron de Quebec City, Canadá, se llevará a cabo el explosivo enfrentamiento entre el agresivo pegador francés Christian «Solide» Mbilli (27-0-0, 23 KO) y el veterano púgil ucraniano Sergiy «The Technician» Derevyanchenko (15-5-0, 10 KO). Estará en juego el título WBC Continental Americas de peso supermedio, pero lo más importante es que el ganador dará un paso significativo hacia una posible oportunidad mundialista.
Christian Mbilli: la versión real de Clubber Lang
Cualquiera que sea fanático de la saga cinematográfica Rocky sabe perfectamente quién es James «Clubber» Lang, el feroz rival del protagonista en la tercera entrega de la serie. Interpretado por Mr. T, Lang es un pegador que nunca retrocede, lanza casi exclusivamente ganchos y carga cada golpe con toda la fuerza que tiene. Si bien este estilo de pelea siempre ha hecho reír a los expertos en boxeo por ser poco realista, hay que admitir que el estilo salvaje de Christian Mbilli lo reproduce fielmente, sin las exageraciones cinematográficas. El francés es una verdadera máquina de guerra que avanza sin descanso disparando golpes violentos, y no renuncia al intercambio cercano ni siquiera en momentos de aparente dificultad. Lo que más impresiona de este joven nacido en Camerún es que, a diferencia de otros pegadores acostumbrados a imprimir gran potencia en todos sus golpes, él no disminuye su ritmo con el tiempo, incluso logra aumentarlo a medida que avanzan los asaltos. Claro, la defensa no es, ni será nunca, su punto fuerte, pero aprovecharlo no parece tan fácil.
Sergiy Derevyanchenko: un demoledor talentoso poco acompañado por la suerte
Un «demoledor» es un púgil que desgasta poco a poco la resistencia física de sus rivales gracias a un alto ritmo de trabajo y una presión asfixiante. Estos boxeadores tienden a sellar sus KOs en los últimos asaltos, después de haber ablandado bien a su oponente de turno, y muchos de ellos descuidan en parte los aspectos técnicos de la disciplina en favor de los físicos, mostrando un boxeo algo rudo pero muy eficaz. En comparación con la media de su categoría, Derevyanchenko posee cualidades técnicas excepcionales: es compuesto y siempre se mantiene bien equilibrado sobre sus piernas. «The Technician» hace honor a su apodo, gracias también a una vasta experiencia acumulada como amateur, y sin duda hubiera merecido conquistar un título mundial. Sin embargo, en el boxeo también se necesita suerte para encontrar al oponente adecuado en el momento adecuado, y a «Dere» no le ha acompañado mucho. Los púgiles que le bloquearon el camino, es decir, Daniel Jacobs, Gennady Golovkin y Jermall Charlo, a quienes enfrentó en rápida sucesión, fueron verdaderas montañas que escalar, y en los tres casos el ucraniano, aunque con honor, no logró llegar a la cima.
¿Qué pasará? ¡La predicción de Boxe Punch!
Las características de ambos contendientes deberían garantizar un gran espectáculo: ambos están acostumbrados a tomar el centro del ring, ambos se sienten cómodos en la pelea cercana y ambos siempre están dispuestos a darlo todo. Mbilli y Derevyanchenko subirán al ring con la intención de ofrecerle al público de Quebec City una noche inolvidable, y tienen todas las cartas para lograrlo.
Desde el punto de vista técnico, Derevyanchenko es sin duda el más capacitado de los dos, pero la frescura física, la velocidad de ejecución y la fuerza bruta parecen favorecer al emergente Mbilli. Aunque sigue conservando muchas de sus cualidades, The Technician, que a finales de octubre cumplirá 39 años, ya no tiene la misma reactividad, ritmo y resistencia de sus mejores días, por lo que deberá aprovechar al máximo todos los recursos que le quedan para no verse superado por su feroz rival.
Durante los inevitables intercambios candentes, Mbilli probablemente lanzará al menos el doble de golpes que su oponente, buscando imponer su vigor físico y su energía. Derevyanchenko deberá aguantar, absorber golpes violentos y tratar de aprovechar las aberturas que el francés deja con frecuencia durante sus asaltos para sorprenderlo con su mayor precisión y acertar en los puntos sensibles.
Dañar al rival parece ser más necesario que nunca para que el ucraniano tenga alguna oportunidad de victoria. Solo sacudiendo a Mbilli, derribándolo o al menos obligándolo a pensárselo dos veces antes de lanzarse al ataque, Derevyanchenko podría mostrar su talento y hacer que los jueces aprecien sus cualidades, pero eso podría no ser suficiente. En realidad, al púgil nacido en Crimea le haría falta una genialidad similar a la que permitió a Alexander Povetkin noquear a Dillian Whyte en 2020: un golpe perfecto que, aprovechando las lagunas defensivas del rival, anule su superioridad física y lo desconecte.
El problema es que Derevyanchenko, como se ha mencionado, es más un demolidor que un pegador, y probablemente no dispone de esa potencia fulminante necesaria para resolver esta pelea en un abrir y cerrar de ojos. Es probable que el ucraniano logre conectar algunos buenos golpes, confiando en su experiencia y su buen tiempo, pero no logrará frenar el espíritu indomable de Mbilli.
El francés, quien en su magnífica pelea contra Carlos Gongora hace año y medio, demostró saber salir con renovada determinación de momentos muy difíciles, debería ser capaz de mantener su infernal presión, incluso si debe recibir algunos golpes pesados a cambio. A medida que los asaltos avancen, se hará cada vez más evidente la diferencia de edad y frescura atlética entre los dos contendientes.
Teniendo en cuenta que la pelea está programada a diez asaltos, la sensación de quien escribe es que Derevyanchenko, aunque sufrirá enormemente en los últimos compases, logrará con astucia, habilidad y experiencia llegar, probablemente muy marcado en el rostro, hasta la última campana. Aunque no se puede descartar un colapso del ucraniano, preveo una victoria de Christian Mbilli por decisión unánime de los jueces.