En el evento coestelar de «The Art of Fighting» (TAF8), celebrado en el Allianz Cloud de Milán, Francesco Paparo y Nicola Henchiri se enfrentaron por el título italiano del peso superpluma. Aunque el joven púgil de Rho salió victorioso, el combate estuvo marcado por un episodio controvertido.
Paparo, de 23 años, ya campeón italiano tras su victoria sobre Mohammed Diallo en la edición anterior de TAF, subió al ring con la firme intención de defender su cinturón ante Nicola Henchiri, un boxeador de 34 años nacido en Pisa, ex campeón de la Unión Europea del peso superpluma en 2021 tras vencer a Mario Alfano.
Paparo, un joven boxeador con excelente técnica y sentido del tiempo, se encontró ante un rival más experimentado, con buena movilidad y resistencia. Henchiri tenía un estilo poco ortodoxo, no especialmente potente, pero capaz de mantener un ritmo constante en el ring.
El combate, pactado a 10 asaltos, representaba una oportunidad para que el joven de 23 años siguiera creciendo o para que el veterano de 34 años lograra redimirse tras unos años complicados.
En el primer asalto, Henchiri tomó el centro del ring, pero sin asumir demasiados riesgos, actuando con cautela y lanzando pocos golpes. Mientras tanto, Paparo, muy ágil, prefirió moverse por las cuerdas, lanzando rápidas combinaciones para dejar claro desde el principio su intención de atacar.
En el segundo asalto, sin embargo, Paparo cambió de marcha de inmediato y atacó con determinación. Impuso su ritmo, llevando a Henchiri contra las cuerdas, donde, tras conectar un sólido derechazo al rostro, cerró el combate con un espectacular gancho de izquierda al hígado.
Y aquí es donde llega la polémica. Tras recibir el golpe, Henchiri cayó de rodillas con un leve retraso, como suele suceder con los golpes al hígado, cuyo efecto tarda unos segundos en manifestarse. Sin embargo, Paparo continuó golpeando, conectando al menos un par de derechazos al rostro de su rival cuando este ya estaba en el suelo, con la rodilla apoyada en la lona. Fue una falta evidente, aunque Paparo la justificó como un exceso de ímpetu, asegurando que no se dio cuenta de que Henchiri ya estaba de rodillas.
En ese momento, en lugar de iniciar la cuenta, el árbitro detuvo la pelea. Según el reglamento, dado que Henchiri no podía continuar, Paparo debería haber sido descalificado. Sin embargo, nada de eso ocurrió y, cuando se anunció la decisión, la introducción del speaker dejó claro lo que iba a suceder. Un Henchiri visiblemente frustrado se alejó del ring con evidente enojo.
Paparo fue declarado ganador por KO, y desde las gradas se escucharon algunos abucheos.
A pesar del incidente, la actuación de Paparo fue de alto nivel. El joven boxeador de Rho mostró excelentes habilidades técnicas, imponiéndose con autoridad y ejecutando combinaciones rápidas y precisas. Sin duda, fue el mejor boxeador sobre el ring, aunque solo durante dos asaltos. Sin embargo, su error, aunque sin intención, estuvo a punto de invalidar una actuación brillante, que solo un fallo arbitral «dudoso» logró salvar.