Hay trenes que pasan solo una vez en la vida, y poder subirse a ellos marca la diferencia entre una carrera en la periferia y una en la élite. Así se encontró Samuel Nmomah, catapultado a la ANB Arena en el último evento de Riad, “The Ring IV”, rodeado de boxeadores de altísimo nivel como David Benavidez y Devin Haney, para enfrentarse al estadounidense Vito Mielnicki Jr, número 6 en el ranking WBO del peso medio. Una oportunidad única para nuestro púgil de origen nigeriano, fruto de una racha de 21 victorias en 21 combates (21-0-0, 5 KO).
Por su parte, el joven Mielnicki, de 23 años, llegaba con un récord de 21 victorias y una sola derrota (21-1-0, 12 KO), basado en un boxeo de gran ritmo, presión constante y un jab sólido y muy incisivo.
Mielnicki resultó demasiado para nuestro boxeador: Nmomah no logró contener el ritmo del estadounidense y terminó por capitular en el noveno asalto, detenido por el árbitro tras ser derribado por una gran combinación.
A pesar de poseer buenos fundamentos, Samuel mostró una producción ofensiva demasiado escasa para frenar las iniciativas de Mielnicki, que acabó por arrollarlo con su volumen de golpes.
La clave del combate fue el jab de Mielnicki: preciso, rápido y sólido. Le permitió al joven estadounidense imponer el ritmo y dominar la acción. Controló el combate de principio a fin, mandando con ese zurdo ejecutado magistralmente al cuerpo y a la cabeza. El buen trabajo al cuerpo le permitió variar la ofensiva, dificultando la lectura del jab para nuestro boxeador. Una presión continua, que empujó a Nmomah hacia atrás durante todo el combate.
Pronto Mielnicki empezó a doblar el jab con un directo de derecha igualmente rápido y preciso. Samuel siguió lanzando pocos golpes, una táctica de espera que no dio resultado y que permitió al rival mantener un ritmo adecuado para él.
El jab de Mielnicki fue realmente rápido, preciso y difícil de anticipar. Nmomah consiguió cogerle el tiempo de forma esporádica, como en el tercer asalto, donde conectó un buen derechazo, pero sin dar continuidad a su acción.
Demasiado esporádica la ofensiva de Samuel, carente de la continuidad necesaria para desgastar al rival. Ante tan poca oposición, Mielnicki mantuvo su plan de combate, aumentando la frecuencia de la derecha y produciendo un buen volumen de golpes, a diferencia de Samuel, demasiado centrado en buscar el golpe de poder.
Nmomah no logró poner en marcha su jab al ritmo adecuado, también por la rapidez y el excelente timing de Mielnicki, que a menudo le ganaba la iniciativa con el suyo. Esto permitió al estadounidense ajustar la distancia y entrar con derechazos potentes dos veces en el cuarto asalto, sacudiendo claramente a Samuel y lanzándose en busca del KO. Aun así, Samuel mostró una gran resistencia y lucidez, escapando con el movimiento y respondiendo con un buen gancho de izquierda.
En el quinto, el guion no cambió. Mielnicki exhibió un buen movimiento de tronco que le permitía esquivar y volver rápidamente con directos. Pero en general, la producción de Nmomah siguió siendo demasiado baja para poner en aprietos al adversario.
A mitad del combate, un ritmo más pausado permitió a Mielnicki recuperar energías rápidamente. Nmomah lo aprovechó para conectar algunos buenos golpes, como un bonito uppercut de izquierda al final del sexto asalto. Pero en el séptimo, el estadounidense volvió a su jab, doblándolo con frecuencia con la derecha, nuevamente a la cabeza de manera contundente en el octavo.
Llegados al noveno, con el desgaste acumulado, Nmomah se mostró más vulnerable, y el rival lo aprovechó para hundir golpes decisivos. Un gran derechazo sacudió a Samuel —que volvió a resistir—, pero nada pudo hacer ante lo que vino después: un gancho de izquierda en salto lo sorprendió, y Mielnicki lo dobló rápidamente con un duro directo de derecha y otro gancho de izquierda que mandó a Nmomah a la lona.
Samuel se levantó valientemente, pero el árbitro decidió detener la pelea, quizás evitándole un castigo excesivo. Primera derrota en la carrera de Nmomah, que ahora deberá encontrar la fuerza para recomponerse. La edad juega a su favor, y queda la esperanza de volver a cruzarse con el tren correcto, esta vez con mayor conciencia y un poco más de atrevimiento.
Continúa, en cambio, la racha de victorias de Mielnicki, que mostró un boxeo excelente, con fundamentos muy sólidos y un gran ritmo. Ahora deberá subir el nivel, confirmando lo bueno mostrado hasta ahora frente a los mejores de la categoría.
