A medida que nos acercamos a las fases finales del torneo Boxing Grand Prix, organizado por el WBC con el apoyo de Riyadh Season, los desafíos para los boxeadores que siguen en competición se vuelven cada vez más exigentes. El miércoles 13 de agosto, nuestros dos representantes Muhamet Qamili y Fiorenzo Priolo tendrán que dar lo mejor de sí mismos para imponerse a sus peligrosos rivales, que serán respectivamente el estadounidense Troy Nash y el sudafricano Ntethelelo Nkosi. En este artículo trataremos de identificar los aspectos tácticos más relevantes de los combates que esperan a nuestros dos jóvenes talentos.
Muhamet Qamili vs Troy Nash – Cuartos de final del peso pluma
Troy Nash tiene apenas 20 años, pero ya ha conseguido atraer la atención de la prensa internacional gracias a sus excelentes actuaciones en el Boxing Grand Prix. Basta pensar que el propio presidente del WBC, Mauricio Sulaimán, al término del combate ganado por el estadounidense en octavos de final, declaró públicamente: «Podríamos estar ante una futura estrella del boxeo».
Nash es un púgil espigado, con una estatura y un alcance considerables para la categoría pluma, ya que mide nada menos que 1,75 metros. Sus principales puntos fuertes son el sentido del tiempo y la velocidad de manos: el estadounidense hace chasquear sus brazos como dos látigos, deteniendo de raíz la iniciativa de su oponente con golpes secos e inesperados, confiando principalmente en el jab y el directo de derecha.
Por muy impresionantes e indiscutibles que hayan sido sus victorias en las dos primeras rondas del torneo, hay que señalar que ambos rivales le facilitaron la tarea al combatir en el terreno que más le conviene. Tanto Alexander Kovrigin como Zholdas Zhengissov trataron de superarlo en el esgrima boxístico, concediéndole durante largos tramos la larga distancia.
Para sacar a su oponente de su zona de confort, Qamili deberá apoyarse en su mayor experiencia. Nuestro atleta ha disputado más del triple de combates profesionales que el estadounidense, le lleva cinco años de ventaja y ha experimentado, por tanto, un mayor número de situaciones tácticas dentro de las dieciséis cuerdas.
Un buen ejemplo de cómo se puede arrastrar a Nash a aguas profundas y desconocidas se encuentra en el sexto y último asalto de su pelea contra Kovrigin. Consciente de que había acumulado una desventaja ya insalvable, el boxeador kazajo se puso el casco de guerra y protagonizó un intenso bombardeo al cuerpo, ganando el asalto en las tres tarjetas oficiales.
Qamili ha demostrado en numerosas ocasiones ser un boxeador versátil, capaz de rendir con eficacia también en la corta distancia. Para maximizar sus posibilidades de éxito, el miércoles el discípulo de Alessandro Elmoety deberá imponerle a Nash el combate cuerpo a cuerpo, neutralizando en la medida de lo posible la diferencia de estatura, trabajando arriba y abajo y dando lugar así a una batalla dura de alta intensidad.
Atención también a un defecto de Troy Nash que a muchos podría haber pasado inadvertido: el estadounidense tiende con frecuencia a bajar peligrosamente su brazo izquierdo, sobre todo cuando finta el ataque. Una especie de “tic” que podría tener consecuencias nefastas para él si el derechazo de Qamili saliera en el momento justo…
Fiorenzo Priolo vs Ntethelelo Nkosi – Cuartos de final del peso superligero
La predicción más fácil que se puede hacer sobre este combate es que presenciaremos un duelo con poquísimos momentos de pausa. Ambos boxeadores tienen en su incesante ritmo de trabajo uno de sus puntos fuertes, por lo que es muy probable que el miércoles no dejen de lanzar golpes sin descanso ni un segundo durante seis asaltos consecutivos.
Nkosi es un boxeador de baja estatura, con un físico musculoso y compacto, acostumbrado a enfrentarse a rivales más altos y estilizados, por lo que suele tener que acortar la distancia para poner en marcha su arsenal ofensivo. El sudafricano no posee una técnica impecable y muchos de sus golpes siguen trayectorias poco ortodoxas, pero es un atleta resistente e incansable, el más clásico de los demoledores.
En la primera ronda del torneo superó con facilidad en tres asaltos al egipcio Madboly, en un enfrentamiento que resultó poco significativo debido al nivel claramente modesto del rival. Mucho más indicativa fue la pelea que Nkosi disputó en octavos de final contra el chino Ju Wu, a quien venció remontando por decisión unánime.
Gracias a su movilidad y a su guardia zurda, Wu consiguió desenvolverse bien en los dos primeros asaltos, poniéndose en ventaja en dos de las tarjetas oficiales, pero para frenar al sudafricano gastó enormes cantidades de energía. Favorecido por la escasa pegada del púgil chino, Nkosi logró entonces cambiar la inercia del combate con su asfixiante presión, agotando por completo al rival y dominando los dos últimos asaltos.
Afortunadamente, Priolo es un boxeador que tiene en la resistencia uno de sus caballos de batalla. El púgil piamontés muestra una excelente condición física cada vez que sube al cuadrilátero, y en esta ocasión ese aspecto podría ser fundamental. No menos importante será la estrategia táctica, cuya elección no parece sencilla.
Por un lado, intercambiar golpes con Nkosi en el centro del ring, pecho contra pecho, significaría renunciar a su ventaja en altura, facilitando al sudafricano la ejecución de sus típicos ganchos. Por otro lado, moverse de forma constante para evitar la refriega podría resultar a la larga demasiado agotador y daría a Nkosi el espacio necesario para sus característicos asaltos frontales.
Como decía Aristóteles, “En el medio está la virtud”. Priolo deberá apostar por la media distancia, de manera que pueda llegar primero al contacto con sus brazos más largos, frenar con un poco de oficio el vigor físico del rival en el corto, y luego volver cuanto antes a su rango ideal, sin dejarse arrastrar por el ring. Más fácil decirlo que hacerlo, por supuesto, pero las buenas actuaciones ofrecidas por nuestro púgil en las dos primeras rondas del torneo y su disposición a seguir con disciplina los consejos de su entrenador Cristian De Martinis invitan al optimismo.