Es costumbre de los promotores asignar títulos llamativos a las grandes peleas de boxeo, con el objetivo de captar la atención del público y generar una espera electrizante. A veces esos títulos son meramente simbólicos; otras veces, en cambio, se adaptan perfectamente a la dinámica del combate. “Thunder in Africa” (es decir, “Trueno en África”) fue el nombre dado al primer increíble duelo entre el campeón mundial de los pesos pesados Lennox Lewis y su retador Hasim Rahman, y el rugido con el que el público del Carnival City Casino en Sudáfrica acompañó el terrible KO de “The Rock” fue realmente comparable a un trueno que irrumpe en la calma de la noche.
Todo esto ocurría precisamente un 22 de abril, hace 24 años: ¿qué mejor día para recordar aquella sorprendente sacudida que agitó los cimientos de la categoría reina?
Un campeón distraído y un retador dispuesto a todo
Detrás de una gran sorpresa deportiva que se materializa en un solo instante decisivo, suele haber un largo periodo de sacrificios, sudor y entrega que la hace posible. Hasim Rahman no tenía las cualidades del fuera de serie: más allá de una potente derecha, era un boxeador bastante común. Precisamente por eso trabajaba como un obsesivo para disimular sus defectos y potenciar sus virtudes, persiguiendo el sueño de levantar un cinturón al cielo.
Hasta llegar a su gran oportunidad, Rahman mostraba un porcentaje de victorias por KO cercano al 80%, pero también dos derrotas brutales ante David Tua y Oleg Maskaev. Es interesante notar que “The Rock” iba ganando en las tarjetas en ambas ocasiones antes de cometer errores fatales. Consciente de que no podía dejar nada al azar, llegó a Brakpan (Sudáfrica) el 27 de marzo, para aclimatarse gradualmente a la altitud local, de unos 1.600 metros.
Lennox Lewis, por su parte, se lo tomó con mucha más ligereza, llegando recién el 10 de abril desde Las Vegas, donde había entrenado mientras rodaba algunas escenas de la película “Ocean’s Eleven”, en la que aparecía brevemente. No parecía la actitud de un campeón preocupado por una defensa peligrosa. La balanza también lo confirmaba: el británico marcó el peso más alto de su carrera hasta entonces, superando los 115 kilos. Con un favoritismo de 20 a 1 en las apuestas y un acuerdo millonario con Mike Tyson casi cerrado, Lennox probablemente pensaba que ya tenía la victoria asegurada.
El KO inesperado: ¡Rahman en la cima del mundo!
Si la actitud de Lewis en la previa fue despreocupada, su gestión de los primeros asaltos no fue diferente. En lugar de repetir el enfoque prudente y astuto que le dio la victoria ante David Tua cinco meses antes, esta vez eligió intercambiar golpes en el centro del ring, sin temer el peligro de la derecha de Rahman. En lugar de establecer su jab, buscaba conectar golpes fuertes desde el inicio.
Rahman, sin embargo, no se mostró intimidado por la confianza del campeón. Se mantuvo sereno incluso cuando algunos golpes lo alcanzaban. Tras un segundo asalto relativamente parejo, Lewis subió aún más el ritmo en el tercero, desplegando todo su arsenal ofensivo. Sus derechas violentas eran esquivadas con habilidad por Rahman, que se agachaba en el momento justo, aunque algunos uppercuts sí lograban colarse mientras acortaba distancia.
Aun así, la creciente agresividad del campeón le daba al retador la posibilidad de responder, al principio sobre todo con el jab de izquierda. Un inicio fulminante de Lewis en el cuarto asalto fue pronto contenido por Rahman, que por primera vez lo acorraló contra las cuerdas con una lluvia de golpes. Fue su mejor asalto, junto al siguiente, aprovechando la actitud arrogante del campeón, que bajaba los brazos en señal de desprecio y recibía varios impactos considerables.
Nada, sin embargo, anticipaba lo que sucedería poco después, en el dramático e inimaginable quinto asalto. Tras un buen arranque, Lewis recibió una primera derecha peligrosa, pero en vez de reaccionar con cautela, esbozó una sonrisa desafiante. Esa misma sonrisa le salió cara segundos después: retrocediendo con los brazos bajos ante un nuevo ataque de Rahman, el estadounidense lo alcanzó contra las cuerdas y lo borró con un derechazo brutal que le quitó el gesto de la cara.
No hubo forma de que se levantara a tiempo. El público invadió el ring, alzando en hombros al nuevo campeón del mundo, que gritaba: “¡No habrá Lewis–Tyson!”
El reinado de Rahman duró apenas cinco meses: el tiempo suficiente para que Lennox Lewis regresara en una forma espectacular y le devolviera el favor con un KO aún más contundente. Esta historia nos recuerda que la determinación, la ética de trabajo y el coraje pueden superar desigualdades enormes, y que en el boxeo, nunca se debe subestimar a un rival.
Cerramos con la brillante frase de Larry Merchant durante la transmisión de HBO, refiriéndose a las distracciones cinematográficas de Lewis: “¡Acaba de ahogarse en Ocean’s Eleven!”