Un giro inesperado sacude el mundo de los pesos pesados. El boxeador neozelandés Joseph Parker dio positivo por cocaína el mismo día de su última pelea, que perdió por KO técnico ante el pegador británico Fabio Wardley. Si el resultado es confirmado por la muestra B, Parker podría enfrentarse ahora a una dura suspensión.
El combate tuvo lugar el 25 de octubre en la O2 Arena de Londres y fue altamente espectacular. Tras diez asaltos, Parker iba por delante en dos tarjetas, mientras que la tercera reflejaba un empate. Sin embargo, como ya le ha ocurrido en el pasado, Wardley logró revertir la situación desfavorable gracias a la potencia de sus golpes, posicionándose así como candidato para desafiar al campeón mundial unificado de los pesos pesados Oleksandr Usyk.
Muchos, al término del combate, pidieron una revancha inmediata, tanto por el gran espectáculo ofrecido como porque la detención decretada por el árbitro Howard Foster generó cierto malestar. Parker estaba ciertamente en dificultades, pero muchos de los golpes lanzados por Wardley durante su asalto final—pese a mostrarse muy cansado—fallaron el objetivo o apenas le rozaron.
Ahora una posible revancha podría desaparecer por completo, porque la orina tomada a Parker el día del combate, según los análisis realizados sobre la muestra A, evidenció el consumo de cocaína por parte del púgil oceánico en los siete días anteriores.
Aunque la cocaína no mejora el rendimiento deportivo, su uso está prohibido por las reglas del boxeo. Si la muestra B confirma la positividad, Parker será sin duda suspendido.