El lunes les revelamos los pronósticos de algunos grandes campeones de la historia del boxeo italiano. Ahora es mi turno de analizar la pelea de este sábado entre Saúl “Canelo” Álvarez y Terence Crawford, examinando sus aspectos técnico-tácticos y ofreciéndoles, como de costumbre, mi predicción sobre lo que espero que ocurra en el ring. La velada, que tendrá lugar en el Allegiant Stadium de Las Vegas en la noche del sábado al domingo, será transmitida por Netflix a partir de las 3:00 de la madrugada en horario italiano. Los boxeadores del evento estelar deberían subir al ring no antes de las 5:00.
La pegada de Crawford: un elemento clave de sus triunfos pasados
Muchos de los que pronostican una victoria de Terence Crawford en este combate, para apoyar su tesis, señalan como ejemplo las derrotas sufridas por Canelo contra Mayweather Jr y Bivol. Sin embargo, ambos campeones citados tienen una característica que los diferencia de Crawford de manera significativa: la capacidad de ganar e incluso dominar grandes peleas sin necesidad de sacudir, derribar o aturdir a sus rivales.
Si se repasa con atención la carrera de Crawford, se nota que en la mayoría de sus victorias más significativas el estadounidense tuvo que recurrir a la fuerza de los puños para inclinar el combate a su favor. Contra Gamboa sufrió la velocidad del cubano en los primeros asaltos; contra Brook perdió claramente la batalla del jab en los dos primeros rounds; contra Porter y contra Madrimov, la puntuación se mantuvo muy pareja durante mucho tiempo.
Todas esas peleas fueron “resueltas” por Crawford gracias al efecto demoledor de sus golpes, amplificado por su precisión quirúrgica y por un impresionante killer instinct. Este sábado, sin embargo, Bud tendrá delante a uno de los mejores encajadores de la era moderna, acostumbrado a soportar los mazazos de supermedianos y semipesados. ¿Qué pasará si su pegada resulta insuficiente?
El bajón de Canelo entre realidad y exageración
No cabe duda de que Saúl Álvarez ha emprendido desde hace unos años una curva descendente. El mexicano no gana por KO desde noviembre de 2021 y tras la derrota sufrida a manos de Bivol ha mostrado una merma tangible en reactividad, explosividad y dinamismo.
Pero quienes lo pintan como un boxeador acabado y prácticamente inofensivo cometen, en mi opinión, un grave error de exageración. No se puede pasar por alto que tres de sus últimos cuatro rivales pasaron buena parte de los doce asaltos en modo supervivencia, conformándose con escuchar la campana final.
Canelo conserva todavía la capacidad de infligir daños considerables a rivales físicamente muy sólidos, y de hacerlo con golpes secos, veloces e imprevisibles, como se vio en los espectaculares derribos que le propinó a Munguía y a Berlanga. Y cuando se enfrentó a un superwélter natural como Charlo, que en las 154 libras contaba con una corpulencia desbordante, un solo golpe sucio fue suficiente para tirarlo a la lona y volverlo manso como un corderito…
¿Qué pasará? ¡La predicción de Boxe Punch!
Cuando se enfrentan dos grandes campeones, además experimentados y “rodados” como Canelo y Crawford, ocurre muy a menudo que la pelea tarde algunos asaltos en entrar en calor. Los campeones saben que no deben arriesgarse a recibir golpes peligrosos en frío, saben que podrían necesitar administrar sus energías hasta el último minuto del duodécimo round y también saben que estudiar a fondo los movimientos del rival al inicio es la mejor forma de no quedar desprevenidos en el transcurso del combate.
No espero, por lo tanto, un comienzo trepidante y lleno de intercambios candentes. Creo que Bud se moverá con cautela, manteniéndose fuera del alcance de su oponente, y que Canelo avanzará a pequeños pasos, bien cubierto para evitar exponerse a golpes de contragolpe que podrían galvanizar a su rival y darle confianza. El mexicano probablemente se limitará a unas pocas aceleraciones repentinas para captar la atención de los jueces.
No me sorprendería en absoluto que, tras algunos asaltos, la puntuación en las tarjetas siguiera equilibrada, con fuertes divisiones entre los observadores sobre la adjudicación de los rounds individuales. Muy pronto, sin embargo, el combate debería entrar en el vivo, transformándose de una partida de ajedrez en una batalla de intensidad creciente.
Por un lado, Canelo tiene todo el interés en hacer cada vez más frecuentes los intercambios en corta distancia para imponer su ventaja de envergadura. Por otro, Crawford sabe muy bien que para vencer a Canelo en Las Vegas necesita ganar los asaltos de manera muy convincente y que, además, cargado con un tonelaje inusual para él, difícilmente podrá moverse como un trompo durante 36 minutos.
Por más que tenga una enorme estima por las cualidades técnicas, físicas y de carácter de Bud, no creo que logre manejar la situación con soltura cuando la intensidad de los intercambios aumente y cuando el cansancio empiece a hacer acto de presencia. Su lenguaje corporal, cuando encajó los pocos golpes potentes conectados por Israil Madrimov en las 154 libras, no me convenció de que pueda subir todavía más en las categorías de peso sin pagar las consecuencias.
Creo entonces que la pegada de Canelo, aunque haya disminuido respecto a hace algunos años, se convertirá en un factor significativo en la segunda mitad de la pelea, desestabilizando a Crawford tanto en el plano físico como en el mental e inclinando claramente el combate a favor del campeón del mundo de los supermedianos.
Si el que subiera al ring fuera el Canelo de hace cinco años, aquel que avanzó durante doce asaltos atravesando los golpes del gigantesco Callum Smith, desmoronándolo pieza por pieza y llevándolo al borde del colapso, no tendría la menor duda en otorgarle al mexicano los pronósticos de victoria.
Hoy, sobre todo después de haber asistido a la pálida actuación del campeón en su último combate contra William Scull, confieso tener menos certezas inquebrantables y vislumbrar alguna pequeña rendija para la gran sorpresa. No me siento, por tanto, en condiciones de descartar categóricamente que el domingo por la mañana nos encontremos celebrando una gesta épica y gritando al milagro.
Sin embargo, considero más probable el escenario en el que nos decimos unos a otros que las categorías de peso en el boxeo existen por una razón. Preveo entonces una victoria de Saúl Canelo Álvarez por decisión unánime con márgenes bastante amplios en las tarjetas.