La categoría de los pesos crucero es relativamente joven, ya que fue introducida oficialmente en el boxeo entre las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado. Por lo tanto, el número de grandes campeones que han competido en ella es más reducido en comparación con otras divisiones más antiguas. No obstante, no han faltado pesos crucero capaces de atraer los reflectores, imponiéndose ante el público por su espectacularidad, talento y potencia. Hoy nos concentraremos en dos de ellos: Evander «The Real Deal» Holyfield y David «Hayemaker» Haye, imaginando ponerlos en el mismo ring en sus mejores versiones respectivas, obviamente al límite de las 200 libras.
Evander Holyfield: Técnica y Potencia al Servicio del Espectáculo
Si la versión más madura de Holyfield, aquella capaz de desactivar al gran Mike Tyson y de disputar dos combates competitivos con Lennox Lewis, se caracterizaba por una cierta prudencia y una notable capacidad para no tomar riesgos excesivos, el joven Holyfield, dominador de los pesos crucero, era un boxeador decididamente más audaz. The Real Deal intentaba transformar cualquier combate en una auténtica batalla, incluso cuando sus cualidades le habrían permitido ganar de manera convincente con muchos menos riesgos. Esto fue emblemático en su primer encuentro con Dwight Muhammad Qawi, donde Holyfield eligió intercambiar golpes en el centro del ring con su rival durante quince intensos asaltos, cuando podría haber ganado fácilmente moviéndose sobre sus piernas y boxeando a distancia. Sin embargo, su forma de atacar no era la de un golpeador tosco: incluso en las fases más intensas de los combates, Holyfield exhibía notables habilidades de contragolpe y una enorme variedad de golpes, además de una potencia que a 190 libras (el límite de la categoría crucero en su época) resultaba simplemente devastadora.
David Haye: Reflejos, Agilidad y Golpes Electrizantes
La potencia mortal de Haye, responsable de su elevadísimo porcentaje de KOs (superior al 90% al final de su carrera), estaba estrechamente relacionada con su reactividad muscular. Era un tipo de potencia similar a la de Julian Jackson, o si prefieres nombres más recientes, Keith Thurman y Deontay Wilder: boxeadores que, al impactar en el punto correcto, apagan las luces del rival, dejándolo aturdido en el suelo. En la fase defensiva, Hayemaker confiaba casi exclusivamente en sus reflejos prodigiosos y en una excelente movilidad de piernas que se hizo plenamente evidente a los ojos de los observadores tras el paso del inglés a la categoría de los pesos pesados, donde el tamaño de sus oponentes lo llevó a menudo a aprovechar el ring en toda su amplitud. Poco propenso a bloquear los golpes con los brazos, prefería evitarlos con movimientos repentinos del torso para luego contraatacar con sus terribles golpes. Cuando no encontraba rápidamente la apertura correcta para firmar el KO, Haye a veces sufría la presión de aquellos oponentes que, indiferentes a sus bombas, continuaban avanzando sin darle respiro. Derribado por Carl Thompson cuando aún era inexperto, Hayemaker también fue presionado en algunos momentos por Giacobbe Fragomeni y Jean Marc Mormeck, aunque luego puso a ambos fuera de combate con su aterradora derecha.
Holyfield vs. Haye: El Combate de Fantasía
Categoría: pesos crucero. Rondas previstas: 12.
Dado el considerable desventaja en términos de solidez, David Haye habría hecho todo lo posible para mantener bajo el ritmo del combate y limitar los intercambios cercanos. Tras el mencionado colapso contra Thompson, que le costó la primera derrota de su carrera, el inglés se volvió consciente de sus límites de resistencia y adoptó enfoques prudentes y conservadores contra oponentes capaces de hacerle daño. Con toda probabilidad, entonces, Hayemaker habría comenzado a moverse frenéticamente a lo largo de las cuerdas desde el primer sonido de la campana, utilizando ocasionalmente y de repente su derecha para tratar de sorprender a su rival mientras intentaba acortar la distancia. Para acorralar y arrinconar a un boxeador tan explosivo y peligroso como Haye se necesitan tres ingredientes: una mandíbula muy sólida, coraje leonino y un considerable sentido del tiempo. Resulta que Evander Holyfield, especialmente en sus años jóvenes, pero no solo, tenía los tres, por lo que ciertamente no se habría echado atrás ante el desafío de perseguir a su oponente, obligándolo de buena o mala manera a entablar batalla. Es difícil establecer con certeza cuántas rondas David Haye habría logrado mantenerse alejado de su perseguidor. Contra Wladimir Klitschko lo consiguió durante las doce rondas, pero el ucraniano no tenía ningún interés en acercarse demasiado, y el enfoque maratoniano de Hayemaker le impidió ser peligroso, haciendo que su actuación fuera insípida e inconclusa. Holyfield, ciertamente menos preocupado que Klitschko por cometer errores, habría atacado de frente, tal vez recibiendo algunos golpes duros, pero finalmente, en la fase central del combate, encontrándose en la posición correcta para activar sus célebres combinaciones a dos manos. En ese punto, el destino del combate estaría sellado. Derribado por Carl Thompson y Tony Bellew, tumbado por Lolenga Mock y Jean Marc Mormeck, Haye nunca habría logrado salir ileso de una batalla cuerpo a cuerpo con The Real Deal. Su caída habría sido una cuestión de tiempo, pero tarde o temprano habría ocurrido.
Pronóstico de Fantasía: David Haye habría logrado durante algunas rondas mantenerse alejado de Holyfield moviéndose sin parar y molestando el avance de su rival con golpes esporádicos de contraataque. Holyfield habría incrementado la presión minuto a minuto, habría recibido algún terrible derechazo apretando los dientes y finalmente habría transformado el combate en una guerra, saliendo triunfador en grande estilo. Resultado: Evander Holyfield ganador por KO entre la quinta y la octava ronda.