Manny Pacquiao no ha renunciado al sueño de volver a ser campeón del mundo una vez más. Tras rozar la hazaña este verano, cuando empató con el campeón WBC del peso wélter Mario Barrios en Las Vegas, el filipino de 46 años está en negociaciones avanzadas para enfrentarse al poseedor del cinturón WBA, Rolando “Rolly” Romero. Este último se proclamó campeón al derrotar contra todo pronóstico a Ryan Garcia en la singular velada celebrada en Times Square el pasado mes de mayo.
Muchos temían que el regreso de Pacquiao al ring, después de casi cuatro años de inactividad, pudiera convertirse en un desastre total. Sin embargo, la leyenda asiática, aunque en un combate de ritmo bastante lento, logró competir prácticamente de igual a igual con un rival mucho más joven, quedándose a un paso de la gloria.
El veredicto del combate con Barrios dividió las opiniones. Algunos creen que Pac Man hizo lo suficiente para llevarse la victoria, mientras que otros consideran que los jueces fueron algo generosos al concederle el empate al excampeón legendario. En realidad fue una pelea difícil de puntuar, con muchos asaltos muy cerrados en los que al mayor volumen de trabajo de Barrios se oponían las ofensivas más contundentes pero menos frecuentes de Pacquiao.
Romero, por su parte, dejó al mundo boquiabierto al hacerse con el título cuando todos lo consideraban una simple víctima propiciatoria. La velada de Times Square debía servir principalmente para promocionar una posible revancha entre Devin Haney y Ryan Garcia, que se habrían enfrentado nuevamente si ambos hubieran ganado esa noche.
Pero mientras Haney cumplió su tarea venciendo a Jose Ramirez en un combate bastante aburrido, Garcia fue sorprendido por el audaz Romero, que lo derribó en el segundo asalto y no le permitió recuperarse durante el resto del enfrentamiento.
Es difícil valorar cuánto mérito tiene realmente esa victoria. Ryan Garcia atravesaba un periodo muy complicado tras la suspensión por dopaje y los problemas de adicción reconocidos incluso por su padre, por lo que no está claro en qué condiciones físicas y mentales subió al ring.
Si se concreta, Pacquiao vs Romero podría desarrollarse de manera muy diferente a Pacquiao vs Barrios. Rolly es un boxeador agresivo, acostumbrado a cargar la mayoría de sus golpes y poco inclinado al juego de piernas y al uso del jab. Todo lo contrario que el campeón WBC, que intentó mantener a Manny a distancia con golpes rectos.
Veremos si la negociación llega a buen puerto y si el incombustible boxeador filipino logra otra hazaña legendaria en su monumental carrera.