Factores genéticos, estructura física, fortaleza mental, tolerancia al dolor: estos y otros ingredientes pueden potenciar la capacidad de un boxeador para resistir golpes sin ir a la lona. Pero ¿quiénes son los mejores encajadores de todos los tiempos? ¿Quién, en la larga historia de nuestro amado deporte, ha mostrado tal resistencia como para merecer más que otros el apelativo de “mandíbula de mármol”? Aquí les presentamos nuestra lista de los diez púgiles más resistentes de la historia, en orden aleatorio.
Gennady Golovkin
En la cima mundial hasta los 40 años, el pegador kazajo atravesó 350 combates como amateur y 45 como profesional sin haber sido derribado nunca. Su mandíbula era tan confiable que a veces aceptaba recibir golpes plenos para “hacer salir” al rival de turno. El derechazo que en el noveno asalto del primer combate con Saúl Álvarez impactó de lleno en su barbilla—sin consecuencias—habría tumbado a un toro.
Julio César Chávez
El mexicano fue uno de los más grandes de todos los tiempos, y resulta difícil destacar una cualidad sobre las demás. Su increíble mandíbula, sin embargo, fue sin duda una de las claves de su boxeo incesante. Derribado por apenas tres segundos por Frankie Randall en 1994, no volvió a probar la lona hasta los 38 años, cuando su larga y desgastante carrera estaba llegando a su fin. Antes de eso, incontables guerras infernales y ni un paso atrás.
Randall “Tex” Cobb
Defensa inexistente, torso rígido, cero movimiento de cabeza: el pintoresco Tex Cobb parecía hecho a medida para ser destruido en el ring. Y sin embargo, aun bloqueando con la cara un altísimo porcentaje de golpes, el estadounidense caminó entre las bombas de Earnie Shavers, Ken Norton y Larry Holmes, avanzando siempre sin descanso. Mientras su físico aguantó, fue prácticamente indestructible.
Oliver McCall
Psicológicamente inestable, lento de piernas y sin imaginación: el duro estadounidense tenía varios defectos, pero nadie—ni siquiera su peor detractor—pondría en duda su mandíbula de granito. Probado por pegadores de varias generaciones, McCall sigue subiéndose a los cuadriláteros incluso después de cumplir 60 años. Su única derrota antes del límite fue aquella del colapso nervioso que lo hizo estallar en lágrimas contra Lennox Lewis.
Bennie Briscoe
Profesional durante 20 años, en sus 96 combates “Bad Bennie” enfrentó a quien le pusieran delante con el mismo plan: avanzar, golpear y encajar sin inmutarse. Campeones como Carlos Monzón y Marvin Hagler lo bombardearon sin tregua, pero el único que logró derribarlo fue Rodrigo Valdez, que en el segundo de sus tres enfrentamientos lo noqueó con un gancho de derecha demoledor.
Jake LaMotta
“El Toro del Bronx” no era solo un apodo: era la descripción fiel de lo que LaMotta se convertía sobre el ring. El italo-estadounidense combatía con valentía de león, no temía al dolor y atravesaba indemne los golpes de auténticos martillos. Sugar Ray Robinson—para muchos el mejor de todos los tiempos—necesitó seis intentos para finalmente noquearlo en lo que se recuerda como la “Masacre del Día de San Valentín”.
Rocky Marciano
Los expertos saben que la mandíbula era solo una de sus muchas virtudes. Aun así, la resistencia del gran Rocky sigue impresionando hoy en día a quienes revisan sus batallas históricas en las grabaciones de época. Fue derribado solo dos veces, contra Jersey Joe Walcott y Archie Moore, y en ambas ocasiones se levantó más furioso que antes para terminar ganando por KO.
Marvin Hagler
“El Maravilloso”, con su cabeza rapada y su físico musculoso, parecía ya a simple vista esculpido en roca. A ese aspecto granítico se unía la impresionante serenidad con la que absorbía auténticas andanadas. Thomas Hearns lo golpeó tan fuerte que se rompió una mano, John Mugabi sacrificó su carrera intercambiando golpes con él, y sin embargo la única caída oficial de Hagler fue un simple resbalón contra Juan Domingo Roldán.
Harry Greb
Construir una carrera de 119 combates en las primeras décadas del siglo XX—cuando los guantes eran finísimos, los arbitrajes permisivos y la frecuencia de peleas asombrosa—y salir con apenas 2 KO sufridos es casi un milagro. El milagro es completo si se considera que el primero fue a los 19 años contra un rival seis kilos más pesado, y el segundo en un combate en el que Greb se fracturó el brazo izquierdo.
James Toney
El fuera de serie estadounidense comenzó su carrera como peso medio y la terminó entre los pesados casi treinta años después. Pese a subir cuatro divisiones, “Lights Out” siempre se mantuvo sólido, incluso cerca de los 50 años. Pesos pesados de probada pegada como Hasim Rahman, Samuel Peter y Lucas Browne no pudieron mellarlo, lo que lo coloca sin duda entre los mejores encajadores de todos los tiempos.