Murió Ricky Hatton: El excampeón tenía solo 46 años

PorMario Salomone

Sep 14, 2025 #UK

Una noticia verdaderamente trágica ha arruinado de manera irreparable lo que debía ser un hermoso fin de semana para el boxeo. El excampeón mundial de peso superligero y wélter Ricky Hatton, conocido como “The Hitman”, fue hallado muerto en su casa de Greater Manchester por la policía. Tenía apenas 46 años.

Las fuentes oficiales aún no han aclarado las causas del fallecimiento, pero en el comunicado emitido por la policía se afirma que las circunstancias de la muerte de Hatton “no se consideran sospechosas”. Para quienes conocen la historia reciente del muy querido exatleta inglés, es inevitable recordar sus problemas de salud mental y los intentos de suicidio que él mismo reconoció públicamente.

Hatton era querido sobre todo porque en el ring dejaba siempre el corazón y jamás se guardaba nada. Su naturaleza de auténtico guerrero se manifestó ya a los 22 años, cuando viajó hasta Detroit para una pelea que en teoría debía ser de trámite. Cortado en el rostro por el modesto Gilbert Quiros y a punto de ser detenido por el médico debido a la abundante sangre, Ricky se lanzó contra su rival con furia salvaje, lo noqueó en el segundo asalto y evitó el desastre.

Tras conquistar el cinturón menor de la WBU, Hatton lo defendió quince veces, adquiriendo experiencia y perfeccionando la que se convirtió en su arma más afilada: un gancho de izquierda al hígado que sería su verdadera marca registrada.

Después de esa dura escuela, el inglés vivió la noche más extraordinaria e inolvidable de su carrera en junio de 2005, cuando obligó al gran campeón mundial superligero de la IBF Kostya Tszyu a abandonar tras once intensos asaltos disputados a un ritmo endiablado.

También logró enriquecer su palmarés con el título mundial wélter de la WBA, gracias a una sufrida victoria sobre el correoso Luis Collazo. Hatton mantuvo su invicto durante 43 combates consecutivos antes de caer por KO frente al genial Floyd Mayweather Jr. Una derrota aceptada con deportividad por Ricky, aunque con la amargura de un arbitraje, el de Joe Cortez, que le negó constantemente el cuerpo a cuerpo con interrupciones continuas.

Después de dos victorias convincentes, Hatton se topó con otro campeón inmenso: el formidable Manny Pacquiao, que lo detuvo en dos asaltos, poniendo prácticamente fin a su carrera de élite. Su intento de regresar tres años y medio más tarde fue infructuoso.

Desde entonces, el mítico Hitman luchó por encontrar la serenidad, entre periodos de aparente renacimiento y caídas dolorosas en la depresión. En los últimos meses se estaba entrenando para recuperar la forma e intentaba un regreso impactante al ring en diciembre. Quizá era un intento desesperado de liberar su mente de los malos pensamientos dándose un objetivo ilusionante.

Hatton era amado no solo por lo que hacía en el cuadrilátero, sino también porque fuera de él era una persona genuina y cordial. Nunca negaba una foto o un autógrafo a sus fans, por numerosos que fueran.

No es casualidad que sus seguidores estuvieran dispuestos a acompañarlo hasta el fin del mundo. En Las Vegas, durante el épico duelo con Mayweather, el himno nacional inglés resonaba en todo el recinto durante la pelea. Incluso su último combate oficial contra Senchenko, a pesar de que el inglés estaba claramente al final de su carrera, atrajo a una multitud inmensa. Los gritos de aliento para que se levantara tras caer a la lona por última vez, aunque inútiles, habrían puesto la piel de gallina a cualquiera.

Hoy Ricky ya no está, y es una verdadera tragedia que un hombre capaz de regalar tantas emociones y despertar tanto afecto espontáneo se haya ido tan pronto. Boxe Punch expresa su cercanía a la familia y a todos los que lo querían.

¡THERE IS ONLY ONE RICKY HATTON!

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