Después de Giovanni Sarchioto, que había sido eliminado en la primera ronda, también Davide Brito ha abandonado el Boxing Grand Prix. El peso pesado italiano comenzó de forma excelente su combate de octavos de final en Riad, pero luego sufrió la remontada del bosnio Ahmed Krnjic y fue derrotado por nocaut técnico en el quinto asalto. La detención pareció prematura y fue protestada con vehemencia por nuestro boxeador, aunque objetivamente sus posibilidades de cambiar el desenlace en los últimos tres minutos eran escasas.
Durante dos asaltos, Brito rozó la perfección. Moviéndose de forma vertiginosa alrededor del rival, cambiando de dirección frecuentemente y flexionando astutamente el torso para no ofrecer blanco fácil cuando quedaba contra las cuerdas, el púgil italiano desorientó por completo a su oponente.
Krnjic avanzaba con gran determinación pero fallaba una y otra vez, siendo contragolpeado por golpes veloces e imprevisibles. Brito también se mostraba más astuto al liberar las manos en el cuerpo a cuerpo y sorprender así a su rival al salir del clinch.
El bosnio tenía tantas dificultades para impactar con claridad que recurrió incorrectamente a sujetar al rival con un brazo y golpear con el otro, una maniobra por la que fue advertido en varias ocasiones por el árbitro. Desafortunadamente, solo uno de los tres jueces reconoció plenamente la supremacía de nuestro púgil y le otorgó los dos primeros asaltos, mientras que los otros dos reflejaban un discutible empate tras seis minutos.
La inercia del combate cambió a partir del tercer asalto. Brito empezó a perder frescura y a quedarse quieto con más frecuencia, permitiendo así a su adversario encontrar por fin la distancia adecuada para conectar su temido uppercut de izquierda al cuerpo, auténtica marca registrada de Krnjic, que al impactar repetidamente contra el abdomen del italiano probablemente contribuyó a ralentizar su movilidad.
Con el paso de los minutos, los intercambios a corta distancia se multiplicaron, ya que los desplazamientos laterales rápidos de Brito, tan apreciados en los primeros compases del combate, prácticamente desaparecieron de escena. El italiano comenzó a quedarse fijo frente al rival y a intercambiar golpe por golpe: una actitud muy valiente pero, lamentablemente para él, contraproducente.
Aunque lograba conectar con frecuencia igual o incluso superior a Krnjic, los efectos de sus golpes eran mucho menos devastadores debido a la evidente diferencia de pegada, algo que ya se intuía antes del combate. Dos terribles uppercuts de izquierda al mentón lanzados por el bosnio marcaron el inicio del cuarto asalto, al final del cual nuestro representante estaba ya dos puntos por detrás en dos de las tarjetas oficiales.
El boxeo de Krnjic distaba mucho de ser elegante y a veces rozaba los límites del reglamento con el uso indebido de codos y antebrazos, pero su presión resultó eficaz y difícil de contener. Al final del quinto asalto llegó el momento decisivo: un uppercut de izquierda perfecto al mentón del bosnio, seguido de un derechazo inmediato, proyectaron a Brito hacia la lona antes de que un último gancho de izquierda, lanzado con todo el brazo, completara la faena.
El italiano intentó desesperadamente levantarse ayudándose con las cuerdas, y lo consiguió. También escuchó las indicaciones del árbitro y se movió en la dirección señalada, pero algo en su mirada no debió convencer al tercero sobre el ring, que decidió detener la contienda a pesar de que solo faltaban unos segundos para el minuto de descanso.
Davide protestó enérgicamente la decisión, afirmando a gritos que estaba en condiciones de seguir combatiendo, y las imágenes parecen darle la razón. Por otro lado, hay que admitir que el combate se había inclinado de forma muy clara hacia Krnjic, que al final del quinto asalto estaba cuatro puntos por delante en dos tarjetas y dos puntos en la tercera. Brito habría necesitado un nocaut para ganar, y esa posibilidad, según lo visto en el cuadrilátero, no parecía precisamente realista.
El toscano de 28 años, al revisar y analizar el combate, deberá comprender qué le llevó a abandonar la estrategia adoptada al inicio antes de caer en un terreno demasiado favorable a su oponente. En una categoría poblada de gigantes lentos y mecánicos, la rapidez y la creatividad de Brito podrían ser armas muy afiladas, pero nuestro boxeador tendrá que encontrar la manera de hacerlas valer durante tramos más largos del combate.