Ningún milagro en Australia: Opetaia noquea a Squeo en el quinto asalto

Habría hecho falta un milagro para que Claudio Squeo sorprendiera al fortísimo boxeador australiano Jai Opetaia en el Gold Coast Convention Centre de Broadbeach y se adueñara del título mundial IBF del peso crucero. Lamentablemente, los acontecimientos siguieron el curso esperado en la previa. El púgil pugliese hizo todo lo posible, pero no logró ir más allá del quinto asalto, noqueado por un violento gancho de derecha a la mandíbula. Ahora Opetaia intentará unificar los títulos mundiales antes de lanzarse al asalto de la categoría de los pesos pesados.

El combate comenzó con un ritmo bastante pausado, con Squeo optando sabiamente por no lanzarse al ataque de inmediato, prefiriendo estudiar a su peligroso rival. Por su parte, Opetaia se limitó en el primer asalto a controlar la distancia y a punzar de vez en cuando con su directo de izquierda.

El retador trató de aumentar repentinamente el ritmo en el segundo asalto y por momentos logró sorprender al poderoso australiano, acorralándolo contra las cuerdas y conectando algunos ganchos al rostro y al cuerpo. Sin embargo, Squeo es más un boxeador de desgaste que un pegador fulminante, y Opetaia no pareció verse particularmente afectado por su potencia, recuperando pronto la compostura y el control de las acciones.

A partir del tercer asalto, el campeón comenzó a subir el ritmo, y aunque Squeo prestó gran atención a la defensa y giró hacia su izquierda para evitar el temido zurdazo del rival, empezó a vivir sus primeros momentos de sufrimiento. Un golpe al cuerpo en particular dio la clara sensación de haberle hecho daño, obligándolo a retroceder constantemente en los últimos instantes del round.

El primer episodio realmente decisivo se produjo en el cuarto asalto, cuando un terrible uppercut de Opetaia impactó en el abdomen de Squeo, que se arrodilló visiblemente dolorido. Por fortuna para él, el árbitro Robert Hoyle no estaba bien posicionado para valorar correctamente lo ocurrido y erróneamente juzgó que el golpe había sido bajo, llamando la atención verbalmente a Opetaia y concediendo a Squeo tiempo para recuperarse.

Aunque el italiano logró llegar con esfuerzo al final del asalto sin ser derribado nuevamente, el desenlace solo se pospuso unos instantes. Al comienzo del sexto round, Opetaia acorraló a Squeo en una esquina y lo alcanzó de lleno en la mandíbula con un gancho de derecha perfecto. El retador mostró de inmediato señales claras de haber sentido el golpe, se arrodilló una vez más y esperó el final de la cuenta sin intentar levantarse.

Jai Opetaia buscará ahora convencer al mexicano Gilberto “Zurdo” Ramírez, campeón WBA y WBO del peso crucero, de aceptar una pelea de unificación mundial para demostrar que es el número uno indiscutido de la categoría. Sería un duelo fascinante que el australiano quiere ganar antes de centrar su atención en la división de los pesos pesados y seguir ampliando su palmarés.

Claudio Squeo vuelve a casa con las manos vacías, pero con la conciencia de que la diferencia técnica con su rival era demasiado amplia como para tener algo de qué reprocharse. Sería interesante verlo ahora en algún derbi italiano frente a otros nombres importantes del peso crucero en nuestro país. Un combate contra Jonathan Kogasso, en particular, podría atraer a muchos aficionados y ofrecer un gran espectáculo.

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