Zucco cae en el décimo round contra Simpson pero sale con la frente en alto

El enfrentamiento entre Ivan Zucco y Callum Simpson en el Oakwell Football Ground de Barnsley, Reino Unido, fue un combate espectacular, emocionante y dramático. Lamentablemente para los numerosos aficionados italianos que vieron el evento en DAZN esperando ver el cinturón EBU de supermedianos irse a manos de nuestro púgil, Simpson se impuso por KO técnico en el décimo round, pese a haber sido derribado dos veces. Aun así, Zucco puede regresar con la cabeza erguida porque, a pesar de la derrota, luchó como un león y nos hizo sentir orgullosos.

Concentradísimo, al punto de parecer una estatua durante las presentaciones, el púgil italiano comenzó el combate más importante de su carrera de la mejor forma posible, derribando a su rival apenas segundos después de la campana inicial con un potente gancho de izquierda.

Sin embargo, Simpson se recuperó de inmediato y se mostró tranquilo y sereno, llegando a sacudir a Zucco en dos ocasiones más en ese asalto: primero con un uppercut de izquierda y luego con un gancho izquierdo. Icónica fue la reacción del italiano, que lo miró con ojos encendidos gritando que avanzara.

El boxeador local, como se esperaba, no utiliza sus dimensiones —enormes para la categoría— para pelear a distancia. Prefiere imponer un ritmo frenético, obligando a su rival a intercambios largos y agotadores donde sobresale conectando ganchos al interior de la guardia.

Zucco sufrió en cierta medida ese estilo asfixiante en los rounds 2 y 3, pero justo antes de la campana del cierre del tercero conectó un magnífico contragolpe de izquierda, lanzado con notable naturalidad, que dejó a Simpson aturdido y en el suelo. Esa vez parecía que realmente lo había lastimado, pero la campana impidió que Zucco aprovechara.

En los rounds del medio, el combate se convirtió en un choque clásico de “calidad contra cantidad”: Simpson se llevaba la palma en volumen de golpes, aplicando una presión agobiante y dominando la iniciativa más tiempo, pero Zucco conectaba los golpes más hermosos, limpios y efectivos cuando lograba liberarse de la cerrada guardia del gigante inglés.

Después del ecuador, Zucco seguía muy metido en el combate e incluso conservaba un leve margen de ventaja —al menos a ojos de un juez neutral—, pero la tremenda intensidad del combate empezó a pasarle factura más que a su oponente.

De hecho, Zucco iniciaba los asaltos con fuerza, haciendo retroceder a Simpson en ocasiones con uno-dos, pero se agotaba con el paso de los minutos, permitiendo que el rival diera vuelta a la inercia y lo encerrara sistemáticamente contra las cuerdas en el último minuto.

Poco a poco, sus energías se agotaron, como mostraba su lenguaje corporal —incorporándose exhausto en su esquina— hasta el decisivo décimo round.

Simpson lo presionó en un rincón y, al verlo en guardia pasiva, lanzó cuatro uppercuts demoledores que provocaron que Zucco cayera de rodillas para el primer conteo. Zucco trató de continuar valientemente, pero dos derribos más similares llevaron a su entrenador —su padre, Andrea Zucco— a levantar sabiamente la toalla para evitar un daño mayor.

El público del Oakwell estalló en un rugido de alivio mientras Simpson celebraba y, aun así, reconoció el valor del italiano levantándole el brazo y felicitándolo por su respuesta orgullosa e incansable.

Ivan Zucco regresará a casa sabiendo que dio una gran pelea e hizo honor a Italia y al boxeo. Seguramente sentirá cierto pesar por la oportunidad perdida, pero hay que destacar que este combate representó para el boxeador italiano un salto gigantesco de calidad respecto a los 21 rivales anteriores que enfrentó como profesional.

De esta derrota Zucco debe extraer las lecciones necesarias y, siendo el chico inteligente y disciplinado que es, sin duda lo hará para regresar más fuerte. Su falta de costumbre a mantener un ritmo tan infernal durante todos los minutos pasó factura y lo dejó exhausto.

Por su parte, Callum Simpson vivió una noche de ensueño ante su afición y ahora puede aspirar a logros aún mayores. Se parece a una especie de Jarrett Hurd de la época dorada, trasladado a la categoría de supermedianos: su físico impresiona respecto al de sus rivales y su presión constante los desgasta minuto a minuto.

Hoy también mostró algunas vulnerabilidades y tuvo algo de suerte al recibir un derribo justo antes de la campana. No obstante, no será sencillo destronarlo del trono europeo. ¿Será Ivan Zucco el encargado de volver a intentarlo cuando se recupere? Seguro que al público italiano e inglés les encantaría una revancha.

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