Tres razones por las que Crawford puede lograrlo y tres razones por las que… no puede

Los rumores sobre un posible combate entre Saul «Canelo» Álvarez y Terence Crawford han ido en aumento en los últimos días, y ahora parece casi seguro que los dos campeones se enfrentarán en septiembre de 2025. Según las últimas informaciones, la pelea se llevará a cabo en el límite de las 168 libras, sin cláusulas de rehidratación.

La noticia ha generado reacciones muy diversas entre expertos y aficionados. Algunos consideran este combate una auténtica farsa, de puro interés comercial y con un resultado deportivo que favorece claramente a Canelo. Otros, como el conocido periodista Michael Montero o el promotor Lou DiBella, incluso ven a Crawford como favorito para llevarse la victoria.

Por supuesto, habrá tiempo de sobra para analizar el combate en detalle y compartir nuestras expectativas y pronósticos. Por ahora, dado el revuelo generado por las negociaciones en curso y el acalorado debate entre las dos posturas, hemos decidido delinear las principales razones por las que los seguidores de Crawford pueden sentirse optimistas y las razones por las que su sueño podría desmoronarse.

Tres razones por las que Crawford puede lograrlo

1) Contra Canelo, ser «ligero» puede ser una ventaja

No es ningún secreto que el actual dominador de la categoría de los supermedianos ha mostrado a lo largo de su carrera que le incomodan los rivales móviles, ágiles y veloces. Estas características son mucho más frecuentes en las categorías inferiores, por lo que Crawford podría intentar, paradójicamente, sacar ventaja de su desventaja física para explotar los puntos débiles de Canelo. Al evitar los intercambios a corta distancia y apostar por el tiempo, la velocidad y la ejecución, Bud podría poner a Canelo en una situación incómoda, un terreno donde históricamente no se ha sentido tan a gusto.

2) El declive del mexicano

Existe un consenso considerable entre analistas y aficionados sobre el hecho de que Saul Álvarez ha comenzado a perder algo de brillo en los últimos años. Desde su derrota ante Dmitrii Bivol, Canelo ha dado la impresión de estar en una fase descendente: aunque ha conseguido cinco victorias consecutivas, no ha logrado ningún nocaut, ha terminado algunos combates visiblemente cansado y parece haber perdido el dinamismo que lo convertía en una máquina destructora. Si en septiembre su capacidad de reacción y su frescura sufren un pequeño retroceso, las cosas podrían ponerse muy interesantes para Crawford.

3) Las marcas de un campeón

Terence Crawford no es un boxeador como los demás. El estadounidense forma parte de ese selecto grupo de atletas bendecidos con un talento extraordinario y con algo más: ese «algo» que, en los momentos más críticos, te permite salir del apuro y lograr lo impensable. Más que en su aplastante victoria contra Errol Spence, obtenida en un combate unilateral, esta cualidad de Bud se evidenció especialmente en su triunfo ante Shawn Porter. Cuando, al final del noveno asalto, su esquina le dijo que iba perdiendo en las tarjetas, Crawford se transformó en un hombre en misión y aplastó rápidamente a su sólido rival. Boxeadores tan especiales nunca pueden darse por vencidos, porque cuando menos te lo esperas, sacan un as bajo la manga.

Tres razones por las que Crawford no puede lograrlo

1) La diferencia de tamaño

No hay manera de evitarlo: en septiembre, dos boxeadores con estructuras físicas muy diferentes se enfrentarán en el ring. Crawford comenzó su carrera en el peso ligero, encontró su hogar natural en el peso wélter, y su reciente salto a las 154 libras se debió más a su ambición que a un crecimiento físico real. Por otro lado, Canelo se ha asentado en las 168 libras durante más de cuatro años e incluso ha subido un par de veces al peso semipesado. Esto supone unas tres categorías de diferencia, una brecha enorme que, como se ha visto en varias ocasiones en la historia reciente (Lomachenko vs. Rigondeaux, Spence vs. García, Canelo vs. Charlo, entre otros), puede resultar en un verdadero desajuste competitivo.

2) Bud no es Floyd

Desde mi perspectiva, muchos de los que otorgan a Crawford grandes posibilidades de victoria están malinterpretando las características técnicas y estilísticas del boxeador estadounidense. Pensar que Bud podría repetir la actuación de Floyd Mayweather Jr. en 2013 es francamente ilusorio, y no solo debido a las claras y amplias mejoras que Canelo ha mostrado desde entonces. Crawford no es un boxeador elusivo, acostumbrado a ganar con lo justo, tocando y esquivando constantemente; es, más bien, un contragolpeador explosivo, que en más de una ocasión ha tenido que recurrir a su poder de pegada para salvar situaciones complicadas. No disponer de esta arma contra Canelo, que probablemente absorberá sus golpes sin demasiados problemas, podría ser un gran inconveniente.

3) La incógnita de la inactividad

Si ambos boxeadores no disputan ningún combate intermedio, subirán al ring tras un periodo de inactividad considerable. Para Canelo habrá pasado exactamente un año desde su última pelea; para Crawford, incluso un poco más. Aunque esta situación pueda parecer perjudicar a ambos por igual, si consideramos sus características respectivas y las estrategias que probablemente intentarán implementar, nos damos cuenta de que la inactividad pesa más sobre Bud. Obligado a apostar todo a su tiempo, reflejos, reacciones y movimientos, Crawford es el que más riesgo corre si llega al combate algo oxidado. Y aunque es cierto que en los últimos años Crawford ha tenido una frecuencia de combates muy baja sin resentirse, no hay garantía de que, al borde de los 38 años, pueda superar con éxito una «larga pausa».

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