Se aleja el sueño mundial de Vianello: Torrez gana merecidamente por puntos

El combate estelar de la velada organizada por Top Rank, la promotora de Bob Arum, en el Palms Casino Resort de Las Vegas no salió como esperaban los aficionados italianos al boxeo. Nuestro Guido Vianello fue derrotado a los puntos por el estadounidense Richard Torrez Jr., y vio alejarse su sueño de convertirse en un aspirante atractivo para una oportunidad mundialista. Estas fueron las puntuaciones de los jueces, todas a favor de Torrez: 97-92, 98-91, 98-91.

Lo que marcó la diferencia a favor del púgil local en los dos primeros asaltos fue su fortaleza física y su habilidad para desenvolverse en el cuerpo a cuerpo. El estadounidense se lanzaba hacia adelante con gran vehemencia y lograba liberar constantemente los brazos en el clinch para conectar golpes cortos desde cerca, difíciles de neutralizar para Vianello.

Incómodo ante la agresividad del rival y sin soluciones para frenarlo a corta distancia, nuestro representante se vio obligado a amarrar con demasiada frecuencia, lo que le costó un punto de penalización por parte del árbitro Thomas Taylor en el segundo asalto, quizás de forma un poco rigurosa.

Vianello dio señales de vida en el tercer asalto, logrando por fin conectar algunos golpes limpios aprovechando una leve bajada de ritmo por parte de Torrez, pero el estadounidense recuperó rápidamente el control.

El «Gladiator» trataba de pelear al contragolpe, esperando el momento justo, pero le costaba encontrar el tiempo y la distancia necesarios. Y cuando, al final del cuarto asalto, intentó cambiar la dinámica y avanzar, recibió un peligroso gancho de derecha en contragolpe.

El quinto asalto fue probablemente el mejor del italiano. Torrez tomó un respiro y fue alcanzado en el centro del ring por varios golpes bien ejecutados que parecieron incomodarle, pero Vianello no dio continuidad a su buen momento, que quedó aislado.

Después del ecuador del combate, la pelea se volvió bastante confusa y entrecortada, con ambos boxeadores perdiendo claridad en sus acciones, sin encontrar espacios para conectar golpes significativos y terminando muchas veces en el clinch. Sin embargo, la iniciativa siempre estuvo del lado de Torrez, dueño del centro del ring e insistiendo constantemente en llevar al italiano contra las cuerdas, aunque de manera algo caótica.

Los asaltos finales también fueron para el estadounidense, que, a pesar de una fea herida cerca del ojo derecho, mantuvo la lucidez suficiente para seguir siendo peligroso con sus ganchos potentes. Vianello intentó una reacción valiente en el último asalto, aceptando el intercambio en el centro del ring, pero su esfuerzo no fue recompensado. Por el contrario, tuvo que encajar varios golpes muy duros, aunque bien absorbidos gracias a su buena quijada.

A juicio de quien escribe, la actuación de los jueces fue correcta, ya que Vianello no logró imponerse en más de dos o tres asaltos, perdiendo así claramente este combate.

Si queremos arriesgar un paralelismo histórico, podríamos decir que la derrota de Guido recuerda en cierto modo a la que sufrió el italiano Alfio Righetti en 1977 contra Leon Spinks. También en aquella ocasión, nuestro representante, peleando fuera de casa, fue superado por el ritmo demoledor del rival estadounidense, sin poder frenarlo con sus golpes de respuesta, que resultaron ineficaces.

En el caso de Vianello, sin embargo, más que una falta de pegada, el problema principal fue la falta de coordinación y de timing para anticipar al rival cuando éste entraba en su radio de acción. El excelente dinamismo de Torrez, mucho más ágil de piernas que los últimos rivales del Gladiator, se reveló como un enigma irresoluble para el italiano, que vio esfumarse así su ventaja de altura y alcance.

Es difícil prever hasta dónde puede llegar el pegador estadounidense tras esta victoria. Su ritmo, agresividad y gran capacidad para pelear en corto pueden convertirlo en un rival muy incómodo para muchos pesos pesados estáticos y predecibles del panorama actual. Por otro lado, su estilo arriesgado podría jugarle una mala pasada si se encuentra frente a un contragolpeador rápido y potente.

En cuanto a Vianello, será fundamental no caer en el desánimo tras este traspié. Nuestro boxeador está por cumplir 31 años, una edad que, en el boxeo moderno, especialmente en la categoría de los pesos pesados, no es avanzada. Con la determinación adecuada y una buena planificación de sus próximos combates, aún puede lograr cosas importantes y dar alegrías al público italiano, que sin duda seguirá apoyándolo en sus futuros desafíos.

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