Crónica desde el ringside
Otro cinturón se suma al palmarés del boxeador cubano afincado en Italia, Angelo “El Terrible” Morejon. El pupilo del entrenador Emanuele “Lele” Orlando se adjudicó el título WBC del Mediterráneo del peso bridger al imponerse con claridad por puntos al durísimo púgil bosnio Danijal Alagic en el PalaFerroli de San Bonifacio. La joya de la promotora Italian Ringside Promotion de Riccardo Bizzo —organizador de la velada— elevó así su récord a nueve victorias en igual número de combates y puede ahora aspirar a metas todavía más ambiciosas. Las tarjetas oficiales fueron todas favorables a “El Terrible”: 97–93, 98–92, 97–93.
En la previa ya habíamos señalado que el uso del jab izquierdo para controlar la distancia, marcar el ritmo e impedir las ofensivas del rival sería un elemento clave para el éxito de Morejon. Los primeros asaltos nos dieron la razón: el jab del cubano dominó completamente, reduciendo a Alagic a la impotencia más absoluta.
El bosnio, habitualmente muy agresivo, se vio casi paralizado durante los tres primeros asaltos, ya que cada intento de acortar la distancia era neutralizado por la red de directos de su oponente. Además, su mejor golpe —el gancho de derecha al rostro— fue sistemáticamente esquivado por Morejon con elegantes desplazamientos laterales, girando sobre el pie de apoyo.
La cantidad y la precisión de los golpes del cubano, que a menudo combinaba el jab arriba con un seco derechazo al cuerpo, habrían hecho claudicar a muchos rivales, pero no a Alagic, que mostró una resistencia y una solidez admirables.
Consciente de la fortaleza de su adversario y de la necesidad de administrar energías y concentración para diez largos asaltos, Morejon redujo ligeramente el ritmo a partir del cuarto round, sin perder en ningún momento el control del combate.
En la fase central vimos a un Terrible más móvil, menos enfocado en buscar el golpe contundente y más atento a aprovechar todo el ring, conectando los impactos justos cada vez que Alagic se mostraba demasiado atrevido.
Pese a mantener el centro del cuadrilátero y avanzar con valentía, el boxeador bosnio no logró generar el volumen ofensivo necesario para evitar quedar muy atrás en las puntuaciones, llegando a los asaltos finales con la certeza de que solo un nocaut podría darle la victoria.
Aun con el rostro hinchado y el cansancio acumulado, Alagic lo intentó todo, protagonizando valientes ofensivas en los dos últimos asaltos. Sin embargo, su empuje fue bien controlado por Morejon, que no le permitió conectar golpes limpios: a cada derecha del bosnio respondía, casi automáticamente, un gancho de izquierda del cubano.
Victoria clara, nítida e indiscutible para “El Terrible”, incluso más amplia de lo reflejado en las tarjetas, algo generosas con Alagic. El coraje del púgil balcánico fue recompensado con algún asalto que, en realidad, no había ganado. La diferencia entre los rostros al salir del vestuario lo decía todo: el de Morejon, intacto; el de Alagic, amoratado y visiblemente inflamado.
Prueba superada con nota para la nueva estrella de nuestra boxe, cada vez más integrada en Italia sin renunciar a sus raíces caribeñas. Por primera vez en su carrera, Angelo disputó diez asaltos consecutivos, sin perder la calma ni el ritmo, incluso cuando sus mejores golpes fueron absorbidos por su rocoso oponente.
Un paso fundamental, por tanto, que ofrece nuevas reflexiones a su entrenador Orlando, empeñado desde hace años en perfeccionar una auténtica máquina de guerra deportiva que parece sumar recursos combate tras combate. Se acerca el momento de apuntar más alto, y la sensación de quien escribe es que Morejon está listo para dar un salto de calidad decisivo.
