Morello, Sarchioto y las polémicas sobre los «títulos menores»

Dario Morello y Giovanni Sarchioto tienen pocos rasgos en común. Ambos son boxeadores profesionales y militan en la categoría del peso medio, pero sus características técnicas y sus peculiaridades de carácter son notablemente diferentes. Y sin embargo, en este artículo de opinión hablaré tanto del uno como del otro, porque sus próximos compromisos han suscitado polémicas e intensos intercambios de opiniones entre aficionados, periodistas y expertos del sector. El tema, tradicionalmente espinoso y divisivo, es el de los llamados «títulos menores» del boxeo.

Morello y la desaparición de la palabra «Silver»

Dario Morello subirá al ring del Allianz Cloud de Milán el 8 de noviembre. Se enfrentará al suizo Faton Vukshinaj y, en caso de victoria, conquistará el Título EBU Silver del peso medio. Precisamente la palabra “Silver” es la que ha desatado los debates. Tanto el periodista Niccolò Pavesi como la cuenta oficial de la TAF, entidad promotora del evento, publicaron posts en Facebook en los que se anunciaba el inminente compromiso de Morello por “el Europeo”.

El cinturón en juego es, de hecho, heredero del antiguo cinturón “EBU UE”, conocido como Título de la Unión Europea. Un trampolín que suele acercar a quien lo gana a la oportunidad continental. En el pasado lo conquistaron muchos de nuestros púgiles exitosos antes de llegar a escenarios más prestigiosos. Un título muy respetable, por lo tanto, que sin embargo no equivale en absoluto al Título Europeo.

Yo mismo señalé el “olvido” con un comentario irónico y eso fue suficiente para suscitar la reacción irritada de Ercole Morello, padre y entrenador de Dario. Me acusó de desear la derrota de su hijo, me llamó un “escribidor improvisado” (y aquí hay que felicitarlo por la creatividad del insulto) y me cerró las puertas para posibles entrevistas futuras. Incluso llegó a desear una denuncia en mi contra por haber definido como “publicidad engañosa” la realizada por la TAF en el post en cuestión.

Sarchioto y la controversia del “Mundial” en camino

La situación de Giovanni Sarchioto es de naturaleza distinta, pero también gira en torno al equívoco generado por un título que puede parecer algo que no es. El poderoso peso medio de Lacio ha pasado recientemente a las órdenes de Massimiliano Duran, ex campeón mundial del peso crucero que actualmente es un reputado entrenador y un activísimo organizador que opera sobre todo en la zona de Ferrara.

El cambio de equipo estuvo acompañado en numerosos artículos de prensa por proclamaciones rimbombantes sobre el inminente compromiso de Sarchioto por el “Mundial UBO” del peso medio. El propio Duran, en sus publicaciones, puso cierto énfasis en la palabra “Mundial”, aunque hay que reconocerle que admitió el menor prestigio de la UBO respecto a las cuatro principales organizaciones del boxeo en los comentarios intercambiados en la red con los aficionados.

Inevitablemente, en la web se encendieron focos de debate, a veces áspero, entre quienes arremetían contra las federaciones secundarias, llegaban incluso a desear su abolición y desaprobaban abiertamente la elección de Duran y Sarchioto de dirigirse por este camino, y quienes en cambio defendían con firmeza al muchacho y a su nuevo equipo.

Antes de atacar a ciegas, respiren hondo

Independientemente de la opinión que se tenga sobre los cinturones a los que hemos hecho referencia, atacar, denigrar, insultar y menospreciar a boxeadores y organizadores por el camino que deciden tomar es lo más equivocado que se puede hacer. Quien en las redes sociales blande la maza, se viste de un Savonarola moderno y dispara contra todo y todos, olvida que quienes trabajan en el mundo del boxeo en Italia a menudo se ven obligados a hacer “la boda con higos secos”.

La ausencia de patrocinadores y financiadores, la falta de interés de las televisiones, la enorme dificultad para atraer a un público de pago, el escaso apoyo de las Instituciones, las dificultades objetivas para organizar sesiones de sparring funcionales y provechosas son solo algunos de los obstáculos que enfrenta quien en nuestro entorno intenta construir algo importante.

No es, por lo tanto, reprochable el púgil que acepta pelear por un título de nombre menos rimbombante si se le ofrece una bolsa digna. Y tampoco hay que condenar en la hoguera a un promotor que se toma alguna “licencia poética” al presentar un evento con el fin de convencer a algún patrocinador más o despertar la curiosidad de algún espectador potencial.

El verdadero periodismo no hace concesiones

Si bien boxeadores, entrenadores y promotores buscan comprensiblemente defender sus propios intereses con los (pocos) medios de que disponen, quienes tienen el deber absoluto de decir las cosas como son, de aclarar y de dirigirse al público con transparencia y sinceridad son los periodistas.

Morello hace muy bien en enfrentarse a Vukshinaj, que además es un rival sólido, exigente y peligroso, para enriquecer aún más su palmarés y abrirse camino hacia metas todavía más significativas. Pero quien escribe sobre boxeo tiene el deber de decirles que el verdadero Título Europeo se lo disputarán los franceses Bilal Jkitou y Diego Natchoo el próximo 18 de octubre en Nanterre.

Sarchioto hace muy bien en intentar conquistar el cinturón UBO, dada la enorme dificultad de encontrar rivales dispuestos a enfrentarlo y la perspectiva de adquirir una sana experiencia internacional, ojalá contra un rival digno. Pero quien escribe sobre boxeo tiene el deber de decirles que la UBO, hoy por hoy, es una federación claramente secundaria y que su “Campeón del Mundo” de los pesos pesados es el veterano Alessio Bisutti, de 48 años, que conquistó el cinturón contra un púgil tailandés ya derrotado 16 veces que en su día combatía como supermedio.

Quien por profesión, o incluso simplemente por afición, se ha asumido la tarea de contar el universo del Noble Arte, no debe mentir al público equiparando lana y seda con el fin de ganarse una entrevista, una acreditación o una palmada en la espalda. También porque, a fuerza de convencer a la gente de que está a punto de presenciar combates épicos, campeones inenarrables y batallas sobrecogedoras, se corre el riesgo de obtener el efecto contrario al deseado. Muchos, después de darse cuenta de que fueron engañados, abandonarán veladas y pabellones en los años venideros.

Que cada uno cumpla con seriedad su papel. Nosotros seguiremos escribiendo la verdad, sin concesiones y sin rodeos. Lo haremos aunque provoque algún malestar y aunque se nos llame “escribidores improvisados” por parte de quienes preferirían tratar con un periodismo adulador y complaciente.

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