Benavidez derrota a Morrell en un combate con un final emocionante

Gran batalla en la T-Mobile Arena de Las Vegas, donde David Benavidez logró la trigésima victoria de su carrera profesional al vencer por puntos al siempre combativo David Morrell en un combate intenso con un final emocionante. Estas fueron las puntuaciones oficiales de los jueces, todas a favor de «Bandera Roja»: 118-108, 115-111, 115-111. Esta victoria podría abrirle a Benavidez el camino hacia una prestigiosa oportunidad por el título mundial contra el ganador de la inminente revancha entre el campeón unificado del peso semipesado, Artur Beterbiev, y el retador Dmitrii Bivol.

La fase de estudio duró muy poco: desde la segunda mitad del primer asalto, ambos púgiles ya habían encendido la mecha, mostrando sus mejores cualidades. Por un lado, Morrell deleitó a los espectadores con los primeros destellos técnicos del combate, con esquivas circulares y contraataques sorpresivos, mientras que Benavidez ofreció un primer adelanto de la efectividad y espectacularidad de sus famosas combinaciones a dos manos.

En la previa les habíamos adelantado que el ritmo del combate jugaría un papel clave en su desarrollo, y esto se hizo particularmente evidente durante el segundo y tercer asalto. En el segundo round, Benavidez puso en serios aprietos a su rival, bombardeándolo sin tregua y alternando golpes al rostro y al cuerpo. Sin embargo, en el tercer asalto, Morrell aprovechó la caída de intensidad para tomar la iniciativa y conectar los golpes más vistosos.

Bandera Roja debió entender el mensaje, porque a partir del cuarto asalto pisó el acelerador y se transformó en una auténtica máquina de guerra que el talentoso cubano tuvo enormes dificultades para contener. Las respuestas de Morrell no fueron suficientes para frenar el asalto de su oponente, y su defensa basada en reflejos y en el uso protector de los brazos se vio regularmente desbordada por la variedad y velocidad de las combinaciones demoledoras de Benavidez.

Durante los asaltos intermedios, el boxeador caribeño pareció perdido, como si ni él mismo supiera qué plan táctico seguir. Pasó largos periodos en el centro del ring con la guardia alta, pero esta era perforada una y otra vez por los violentos uppercuts del estadounidense. En ese momento, todo indicaba que la pelea estaba encaminada hacia una victoria amplísima de Benavidez.

Sin embargo, poco a poco, Bandera Roja fue aflojando la presión. No sabemos si lo hizo por cansancio, para intentar reservar energías para el final o porque estaba convencido de que tenía enfrente a un rival ya inofensivo. Lo cierto es que el estadounidense redujo progresivamente el ritmo, dejando cada vez más espacio a su oponente y permitiéndole volver a la pelea.

Morrell fue recuperando poco a poco claridad y confianza, aprovechando las pausas que su rival le concedía, y volvió a conectar golpes de calidad, llegando incluso a imponerse en el décimo asalto, donde llevó la iniciativa durante buena parte de los tres minutos.

Al entrar en los championship rounds, la ventaja de Benavidez aún parecía segura, pero la dinámica del combate había cambiado visiblemente, y cuando en el undécimo asalto Bandera Roja intentó volver a pisar el acelerador, por primera vez fue “rechazado con pérdidas”. Poco después, un gancho de derecha de Morrell lo tomó fuera de equilibrio, obligándolo a tocar la lona y provocando la cuenta del árbitro.

Los giros inesperados no terminaron ahí, porque al final del asalto, el intento de reacción de Benavidez, quien arrinconó a su rival e intentó someterlo a una andanada de golpes, se vio interrumpido por otro terrible gancho de derecha de Morrell que lo hizo tambalear por un instante. Sin embargo, el golpe llegó después de la campana, lo que llevó al árbitro Thomas Taylor a sancionar al cubano con un punto de penalización, generando protestas entre el público.

Justo cuando parecía destinado a un último asalto de sufrimiento extremo, David Benavidez resurgió de sus cenizas y, en los tres minutos finales, sacó todas sus energías restantes para asegurar su victoria. Ambos púgiles, con el rostro marcado, se batieron con ardor hasta el último sonido de la campana, pero fue Bandera Roja quien logró conectar la mayor cantidad de golpes, llevándose el round.

Demasiado amplio el margen de diez puntos en la tarjeta del juez Tim Cheatman; mucho más acorde con lo visto en el ring la diferencia de cuatro puntos señalada por los jueces Patricia Morse Jarman y Steve Weisfeld. De cualquier modo, no hubo dudas sobre la identidad del ganador, quien se llevó esta eliminatoria mundial con pleno mérito.

El combate confirmó un aspecto que ya se había visto en varias ocasiones a lo largo de la carrera de Benavidez: el estadounidense es un peleador formidable y casi imparable cuando acelera al máximo, pero al mismo tiempo le cuesta gestionar tácticamente las fases más pausadas y estratégicas de sus combates. Por lo visto en el ring de la T-Mobile Arena, Bandera Roja aún parece estar un escalón por debajo de los dos rusos que dominan actualmente la división del peso semipesado.

Por su parte, pese a la derrota, David Morrell demostró, además de sus ya conocidas habilidades técnicas, algunas cualidades importantes que hasta ahora no se le podían atribuir con certeza, como una excelente solidez y un carácter indomable. Sin embargo, al cubano le faltó algo para poder poner realmente en duda el resultado del combate, y es legítimo preguntarse si sus posibilidades de victoria habrían sido mayores de haber llegado a esta gran cita con más pruebas exigentes en su carrera profesional.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *